Alta fidelidad: cuando Ricky Martin fue al Di Tella
¿Alguien va a recordar a partir del lunes "Live it up" el pastiche insípido de hip hop que firman Nicky Jam, Will Smith y la bella albanesa Era Istrefi? Si este Mundial puso a Francia de nuevo en una final también nos ha hecho sentir nostalgia por aquel 98 donde un imparable Ricky Martin latinizaba al mundo con "La copa de la vida". El hit calentó las ventas de su cuarto álbum "Vuelve" hasta ponerlo por encima de las seis millones de copias. En ese álbum Ricky Martin también cantaba sobre una tal Marcia. Mix de cha cha cha y salsa, sobre la protagonista campean todos los lugares comunes del pop latino. "Marcia Marcia baila/ Se va quitando su vestido/ Marcia, Marcia baila/ Pasito a paso yo la sigo/ Marcia baila conmigo", se le oye cantar y se lo ve a Ricky, todo un Valentino de fin de siglo que se desliza sobre una cinta transportadora entre bronces y bailarinas. Es extraño estar viendo esto en You Tube mientras se está inmerso en la inspección física de los afiches del CEA, el Centro de Experimentación Audiovisual del Instituto Di Tella que dirigía Roberto Villanueva. Pero fue ese nombre, "Marcia", el que disparó una conexión entre la vanguardia porteña y el entretenimiento global.
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"Lo que hizo Ricky Martin con la letra es una desgracia", dice por skype desde Nueva York Gustavo Moretto que en el programa aparece con el crédito de trompetista aunque la historia del rock argentino lo recuerde como el tecladista y líder del grupo progresivo Alas. Acá, en el programa, en el archivo del Instituto que custodia la Universidad Di Tella, Moretto es parte del elenco de "Ella es Marcia. Espectáculo de danza" programado para el ciclo "Lunes y martes del Di Tella" entre el 20 de mayo y el 4 de junio de 1968. Según se lee allí, los artistas debían presentar su espectáculo con un breve texto. "Mostrar a Marcia, un personaje, una creación, "la estrella", una especie de supermujer que con sus movimientos, ropa y plástica general, transporte al público a través de nuevas dimensiones de las sensaciones. Será algo destemporalizado pero del futuro". Gustavo Moretto había olvidado ese texto por completo. "Fue un golpe leer el programa que Marcia escribió. Describe su espíritu como nada. Era una mujer que cortaba camino a través de las reglas de la gente. Su energía y su poder confrontando el rigor y la asfixia de las convenciones", dice ahora de su hermana mayor. Marcia Moretto era modelo, una mannequin notoria que había impuesto la novedad de que en lugar de desfilar las chicas bailaran en la pasarela. En ese estetoscopio de la Manzana Loca que es el libro "La Generación Di Tella y otras intoxicaciones", Kado Kostzer la rememora en un desfile en el piso 21 de la torre Olivetti donde vistió las creaciones de Mary Tapia para la boutique Nosferatu.
Para "Ella es Marcia" contó con toda la artillería ditelliana. Vestuario de Delia Cancela y Pablo Mesejean, escenografía de Alfredo Rodríguez Arias. Aguantó el país hasta 1975 cuando puso proa a París para dedicarse a lo único que le interesaba: bailar. Terminó como performer del dúo Les Ritas Mitsoukos, toda una leyenda de la nueva ola francesa. Murió de cáncer en 1981 a los 36 años. En 1984 Les Ritas Mitsoukos grabó "Marcia Baila" en su memoria y se transformó en el mayor hit en la historia del grupo. En el comienzo del video clip se enarbola una pancarta con su nombre. La estética oscila entre Almodóvar y Nina Hagen. La letra original empieza diciendo: "Marcia, baila sobre satén, de rayón, de poliestireno extendido a sus pies/Marcia baila con las piernas afiladas como cuchillas/dos flechas que ofrecen ideas, sensaciones/Marcia está delgada, hermosa en escena, hermosa como en la ciudad". Lo más impactante es que el ritmo festivo no elude la tragedia. "La muerte parece una cosa imposible para ti que eras la vida misma, Marcia, que eras fuerte como un cohete", canta con paradojal energía Catherine Ringer. Catorce años después Marcia volvió a bailar en la versión de Ricky Martin. Parece otra ahí pero es la misma: la de la sala del Di Tella.
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El Instituto Di Tella se fundó en junio de 1958 aunque no se estableció en Florida 963 hasta 1963. Inadvertidamente, 2018 fue hasta aquí un desfile de sus protagonistas. Desde Juan Carlos Distéfano y Rubén Fontana presentando el libro "Historia Gráfica del Di Tella" a Nacha Guevara volviendo al repertorio que la lanzó en La Trastienda; desde la reposición de las pinturas eróticas de Marta Minujín a los 50 años de Les Luthiers; del estreno de "El Uruguayo" de Copi por Roberto Plate a la antología de Edgardo Giménez en el Tigre, la retrospectiva de David Lamelas en Malba y Juan Stoppani en la casa Victoria Ocampo.
Su tiempo es hoy, vive hasta en un hit de Ricky Martin.
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