El nuevo lujo: habitar con los cinco sentidos
Mientras la pandemia impulsa un éxodo masivo de las ciudades, nacen en Buenos Aires otras formas de vida sustentable
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Gin tonic con té, eneldo y lima, acompañado por terrina de conejo, higos y hongos confitados. Este “cóctel de bienvenida” diseñado por Germán Martitegui, el célebre jurado de MasterChef que llegó con su restaurant al ranking de los 50 mejores del mundo, es parte de una invitación a otra forma de vivir. Una propuesta de habitar el espacio cotidiano con los cinco sentidos, experiencia que redefinió el sentido del lujo en tiempos de pandemia.
Con los recaudos impuestos por el coronavirus, el menú llega a domicilio en un auto cuyo recorrido se puede rastrear desde el teléfono. El chofer no baja ni para tocar el timbre. “¿Cuál de todas es la mía?”, pregunto, al ver tres cajas en el asiento trasero. “Todas”, responde, con la sonrisa cubierta por el barbijo. Una trae comida; la otra, bebidas. La tercera, un libro de gran formato y tapa dura que presenta el concepto integral de Sens Palermo Green, proyecto en construcción de ATV Arquitectos que ocupa una manzana entera a metros de la avenida Juan B. Justo.
Mientras la pandemia impulsa un éxodo masivo hacia los suburbios en busca de espacios verdes, este edificio de departamentos con certificaciones Leed y Fitwel –garantías de sustentabilidad y bienestar–, parques internos, piscinas individuales y spa estilo japonés, propone “rehabitar la ciudad” sin perder contacto con la naturaleza.
Mientras la pandemia impulsa un éxodo masivo hacia los suburbios en busca de espacios verdes, este edificio de departamentos con certificaciones Leed y Fitwel –garantías de sustentabilidad y bienestar–, parques internos, piscinas individuales y spa estilo japonés, propone “rehabitar la ciudad” sin perder contacto con la naturaleza y “reinventar el lujo”, de manera que ya no se asocie con la ostentación sino con “el disfrute, la pausa y nuevas experiencias sensoriales, tanto en los sabores como en las texturas cotidianas”.
“Un almuerzo o una cena son encuentros que convocan más allá de la comida. La cocina es la mejor expresión de una cultura”, dice Martitegui, invitado para que contribuya con su saber no sólo al diseño de las cocinas de todos los departamentos, sino también a “recuperar la dinámica barrial” en los locales comerciales de la planta baja. Algo clave en un momento en que se imponen las “ciudades de los 15 minutos”, que permiten resolver las necesidades básicas de la vida cotidiana moviéndose a pie o en bicicleta en ese lapso de tiempo.
“Es tiempo de repensar cuáles son nuestras prioridades”, opina Li Edelkoort, una de las pronosticadoras de tendencias más influyentes del mundo, también convocada como asesora por ATV. Holandesa radicada en París, publica libros con sus anticipos que son utilizados por estrategas, diseñadores y especialistas en marketing de marcas internacionales. Según ella es tiempo de bajar el ritmo, vincularse con lo local y lo propio, y cambiar el consumo superfluo por otro más consciente y sustentable.
“Las construcciones están siendo pensadas para sanar –opina Edelkoort–. Es fundamental que los edificios cuenten con espacios introspectivos para que las personas puedan reflexionar y encontrar sitios para estar en calma”. Además de rincones que permitan practicar yoga o meditación, esta experta destaca la necesidad de lugares que respondan al deseo de reunirse y compartir. Según ella la cocina pasará a ser el corazón del hogar, donde además de disfrutar de la comida se puede trabajar. Y también se ampliará el contacto con el exterior, con grandes ventanas que permitan el ingreso de la luz y la contemplación de la naturaleza.
Caminar descalzos, reconectar con la tierra y las texturas es parte de esa nueva forma de habitar, que contempla objetos de diseño fabricados con materiales nobles y duraderos. Como la porcelana y las arcillas de distintos orígenes que utiliza Leo Battistelli para crear los líquenes que se expandirán por los espacios comunes de Sens, edificio ubicado en un circuito cultural que abarca Fototeca FOLA y algunas de las principales galerías de arte porteñas. “Es un acto artístico creado para exponer las falencias de un modo de vida que practicamos sin pensar en las consecuencias a nivel salud, individual y global”, dice el artista rosarino sobre su obra titulada Oasis, que busca señalar la desaparición de los líquenes en las ciudades.
En su casa-taller en la selva de Río de Janeiro, Battistelli está produciendo además un monumental espejo de agua para Oceana Puerto Madero. El primer resultado de la asociación creativa entre dos pioneros en la poderosa sinergia entre arte y arquitectura: Eduardo Costantini y Alan Faena.
A ellos se sumó en los últimos años Gerardo Azcuy, desarrollador de edificios intervenidos por artistas en Caballito. Este mes lanzará la tercera edición del premio que impulsa con el Museo de Arte Moderno de Buenos Aires, ya otorgado a Diego Bianchi y Adriana Bustos. Su próximo proyecto contempla además espacios comunes de relajación y coworking, un equilibrio entre trabajo y placer como el que también propone la cadena de hospedajes internacional Selina. La fórmula del nuevo lujo, que alimenta los cinco sentidos.
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