Feria de Editores 2022. Largas filas, visitas de famosos y buenas ventas con una leve retracción
Pese a una mayor afluencia de público que en 2021, algunos expositores notaron el impacto de la crisis económica; el viernes y el domingo fueron los mejores días
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En su nueva sede del barrio de Chacarita, frente al Parque Los Andes, se despidió hoy hasta 2023 la Feria de Editores (FED). Según informaron los organizadores, se batieron récords de público: 18.000 asistentes (en la edición de 2021, frente al Parque de la Estación, habían sido 16.000): Acudieron 3600 personas el viernes, 6300 el sábado y 8100 el domingo. Las “calles” de la FED estaban repletas y era difícil acercarse a los puestos. “¡Demasiada gente!” fue la frase más escuchada en la tercera jornada del evento. Hubo hasta cuatro cuadras de fila de lectores para ingresar al Complejo Art Media, en Corrientes 6271.
“La feria se convirtió en una fiesta gracias al modo en que el público acompañó a la edición independiente; una vez más, volvieron a darnos un gran espaldarazo y eso, en momentos tan difíciles de crisis y recesión del consumo, es un gran aliento para seguir buscando nuevas autoras, nuevos autores, publicando libros diferentes, que hacen a la bibliodiversidad del país”, declaró Víctor Malumian, coorganizador de la FED. Participaron 283 sellos de distintos puntos del país, y de Bolivia, Brasil, Chile, Colombia, México, Perú, Uruguay y España.
Si bien varios editores consultados comunicaron un incremento en las ventas de ejemplares, otros dijeron que habían sufrido una retracción respecto de 2021. “La gente lo piensa dos veces antes de gastar dos mil o dos mil quinientos pesos en un libro”, dijo el editor y escritor Pablo Gabo Moreno, a cargo de Caleta Olivia, que vendió bien títulos de los poetas Claudia Masin y Carlos Battilana. Su colega de La Carretilla Roja, Mauro Quesada, indicó que para él este había sido el peor año en ventas. Algo similar dijo Diego Abadi, del sello de filosofía contemporánea Isla Desierta. “Tal vez fue porque en este año no trajimos novedades o porque en 2021 el entusiasmo era mayor después del cierre de la pandemia”, conjeturó.
La editora de Obloshka, la escritora Silvia Itkin, contó que aunque habían vendido bien sus libros de narrativa (con los narradores Flor Canosa, Luciano Lamberti y Sebastián Chilano a la cabeza) las ganancias no fueron las mismas que en ediciones anteriores. “Se reducen por la inflación y al aumento de costos”, explicó. Pablo Alessandrini, editor de Aurelia Rivera, decidió ofertar sus libros a mil pesos y vendió en forma sostenida durante el fin de semana. Todos los editores comentaron que, desde la renuncia de Martín Guzmán al Ministerio de Economía y las erráticas gestiones de la Secretaría de Comercio Interior, el precio del papel había aumentado un 40%. Según dijeron, el viernes la FED arrancó con todo (en ventas y público), el sábado las ventas decayeron y el domingo repuntaron.
Los editores de Corregidor vendieron muy bien libros de la poeta Susana Thénon y Macedonio Fernández; Eterna Cadencia, novedades de la neocelandesa Katherine Mansfield y el estadounidense Stephen Dixon; Siglo XXI, de Beatriz Sarlo y Lucas Rubinich; Llantén, el último libro de ensayos del prematuramente fallecido Javier Galarza; Mansalva, las novedades de Silvina Giaganti y César Aira, y Mardulce, dos best seller de mujeres: la recién lanzada Trilogía de la pasión (con las nouvelles de Ariana Harwicz) y La vida tranquila, de Marguerite Duras (con traducción de Alejandra Pizarnik). Marea sorprendió con las memorias de una pionera del rock nacional, Gabriela Parodi; Fiordo casi agotó su novedad Todo el mundo sabe que tu madre es una bruja, de la canadiense-estadounidense Rivka Galchen; Entropía, la elogiada novela de Diego Muzzio, El ojo de Goliat; Evaristo, las ficciones de la estadounidense Kelly Link (con traducción de Tomás Downey) y Martín Sancia Kawamichi, y Gog y Magog, los ensayos del mexicano Fabio Morábito y Betina González. Con lo recaudado, Beatriz Viterbo se aseguró la producción de nuevos títulos y Katz vendió bien Posteridades digitales, novedad del italiano Davide Sisto. “Con la alta inflación, el problema de los editores es que se paga por adelantado papel e imprenta, y se cobra con semanas de atraso las ventas en librerías”, dijo a LA NACION el editor y ensayista Alejandro Katz. Incluso los que se fueron satisfechos por las ventas remarcaron que el fenómeno de la FED era una “burbuja”.
Aunque no se tomó lista en la entrada, los escritores argentinos (al menos los que viven en la ciudad de Buenos Aires o cerca) dijeron presente. Entre otros, compraron libros, charlaron y se sacaron fotos con los lectores Claudia Piñero, Martín Kohan, Alexandra Kohan, Luis Mey, Mariana Skiadaressis, Sergio Olguín, Marina Yuszczuk, Guillermo Piro, Hernán Ronsino, Paula Pérez Alonso, Marina Mariasch, C. Guerber, Ariel Luppino, Yamila Bêgné, María Inés Krimer, Silvia Hopenhayn, Sergio Pujol, Fabio Wasserman, Vivian Dragna, y Francisco Garamona, Paula Brecciaroli, Damián Ríos, Maximiliano Crespi, Gabriela Luzzi y Damián Tabarovsky (en su doble rol de editores y escritores).
Además del titular de la cartera de Cultura de la ciudad de Buenos Aires, Enrique Avogadro, visitaron la FED la diputada por el Frente de Izquierda y de Trabajadores, Myriam Bregman, y el legislador porteño Roy Cortina; las actrices Lorena Vega y Analía Couceyro, el cineasta Sergio Wolf y los periodistas y escritores Natalia Gelós, Miriam Molero, Pedro B. Rey, Omar Genovese, Reynaldo Sietecase y Patricia Kolesnicov, entre otros. Como en la propaganda de la conocida cerveza bonaerense, la FED promueve el “sabor” del encuentro.
Estuve en la #Fed ( Feria de Editores) y me compré todo. Muchas ofertas y muchas ganas. Lleno de gente. Hermoso. pic.twitter.com/hzUSWusgme
— Claudia Piñeiro 💚 🧡 (@claudiapineiro) August 5, 2022
La escritora mexicana Margo Glantz, sonriente y amable (pese a las nueve horas de vuelo), conversó con el periodista Demian Paredes en el encuentro final de la FED, este domingo al anochecer. “El fragmento era lo más importante para mí -contó Glantz-. Cuando quise publicar mis primeros libros nadie sabía dónde colocarlos y nadie quería publicarlos porque no eran canónicos y no ocupaban ningún lugar”.
Las novedades de Glantz -que se presentará el próximo jueves 11, a las 19, en el Museo de Arte Latinoamericano de Buenos Aires- se hallaban en los stands de El Cuenco de Plata y Ampersand. La autora de Las genealogías habló sobre una autora a la que dedicó varios años de su vida: Sor Juana Inés de la Cruz. “Mi relación con Sor Juana empezó en 1989 y tardé varios años en publicar mi primer libro sobre ella. Cuando fui profesora invitada en universidades extranjeras, era el gigoló de Sor Juana”, bromeó. La autora se refirió además al “narcisismo” de las redes sociales y advirtió en el presente el surgimiento de “nuevos fascismos”. Confió que estaba leyendo libros de la escritora rusa Nadezhda Mandelshtam y de la rumana radicada en Alemania Herta Müller: ambas denunciaron las condiciones de vida en regímenes totalitarios.
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