Reynaldo Sietecase recordó el último encuentro con Gerardo Rozín: “Cantamos un tango y nos dimos un beso”
En el pase de su programa radial con el de Ernesto Tenembaum, el periodista relató sus últimas horas con el conductor, al que definió como “un hermano”
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Reynaldo Sietecase contó este lunes cómo fueron las últimas horas que pasó junto a su amigo Gerardo Rozín, el popular conductor que murió el viernes pasado a los 51 años. Entrevistado por Ernesto Tenembaum en el pase de sus programas por Radio con Vos, el periodista recordó que, al despedirlo, cantaron un tango: “Y nos dimos un beso, nunca nos habíamos dado un beso, y fue el último beso”.
Como contó el periodista al frente del programa La inmensa minoría por el aire de FM 89.9, Sietecase conoció a Rozín hace más de treinta años, cuando este tenía 18 años y acababa de ingresar al diario Rosario/12, la redacción local del periódico Página/12 que conducía Jorge Lanata en Buenos Aires.
“Yo le llevaba diez años, y él traía una nota sobre un boliche gay, lo había recomendado Roberto Fontanarrosa: inmediatamente nos llamó la atención ¿Viste cuando ves a alguien distinto? Tuvimos una relación muy piola en la redacción, fue como compartir el secundario. Después él se vino a Buenos Aires antes que yo”, dijo.
Y agregó, sobre sus primeros años en la capital porteña: “Cuando vine a Buenos Aires, él ya estaba aclimatado y me ayudó mucho. Siempre dijo que estaba en el exilio. ‘Acostumbrate al exilio porteño que es un ejercicio’, me decía. El era un rosarino exagerado, muy fuerte”.
En ese punto, Tenembaum, quien se vinculó con Rozín durante los últimos tiempos, recordó la entrevista que el conductor de La peña de morfi (Telefé) le hizo a Cristina Fernández de Kirchner previa a las elecciones legislativas de 2017. “La mejor entrevista que le hizo un periodista a Cristina fue la de Gerardo. Ella le tira toda su personalidad encima y lo burla y él la deja hacer, fue fantástico”, recordó.
“Él escuchaba mucho y eso es una virtud. Él escuchaba y por eso era tan bueno, era muy decidido. Pero siempre en un tono amable. No tenés por qué agredir a alguien para preguntar en serio, eso era una virtud. Y lo que lograba a nivel televisivo era increíble”, añadió Sietecase.
Lo que más va a extrañar Sietecase de Rozín
En uno de los pasajes más emotivos de la charla entre Tenembaum y Sietecase sobre Rozín, el conductor de ¿Y ahora quién podrá ayudarnos? le preguntó: “Qué es lo que más vas a extrañar de él”.
“Hablaba mucho con él. Él es el inventor de Corea del Centro. Y después de unos Martín Fierro en los que Jorge Lanata me destrozó, y yo estaba muy mal, me dijo: ‘Es lo mejor que te pasó desde que llegaste a Buenos Aires’. Me dijo: ‘Es un muy buen lugar para hacer periodismo, quedate en el medio’, y me quedé. Yo siempre le preguntaba, y en lo único que no le hacía caso es que me decía que tenía que hacer más televisión, pero en eso no le he hecho caso”, respondió Sietecase. “Y yo jugaba el rol de hermano mayor si querés para otros temas”, continuó el amigo de Rozín, quien fue una de las personas que habló públicamente durante el velatorio.
Cuando Tenembaum le consultó dónde se encontraban, el periodista destacó que “el último tiempo en su casa, pero antes salíamos a comer, a veces comida judía; en una época íbamos a lugares peruanos increíbles, en el Abasto, le gustaba mucho el ceviche; también íbamos mucho a la cancha. Y hacíamos escándalos en los bares de Buenos Aires cuando no ponían en la tele los partidos de Rosario Central”.
“¿Podés contar tu último diálogo con él?”, preguntó Tenembaum. “Fue el martes pasado, fui a su casa con un libro de Fontanarrosa, una antología de cuentos de fútbol, que es una fiesta. Como estaba con dificultades para leer dije ‘voy y le leo’, pero no quiso que le lea, me dijo ‘a Fontanarrosa ya lo leí todo’ y me pidió que le cuente anécdotas de fútbol”, sostuvo Sietecase, y Tenembaum quiso saber: “¿Sabían que se estaban despidiendo?”.
“Más o menos, le dije: ‘Me quedo un poco más’, y me pidió: ‘Vení a la noche’, y a la noche no estaba más, y él sabía eso. Me engañó. Y nos dimos un beso, nunca nos habíamos dado un beso, y fue el último beso. Fue muy impresionante. Porque no sé quién de los dos recordó un tango de Alfredo Lepera, ‘Sus ojos se cerraron’, ese que dice ‘Yo sé que ahora vendrán caras extrañas / Con su limosna de alivio a mi tormento / Todo es mentira, mentira es el lamento’. Y él cerró la estrofa: “Hoy está solo mi corazón”. Y me dice: ‘Me gusta toda la música, pero en el tango está todo lo que le tenés que decir a alguien, está todo ahí’, y creo que fue lo último que hablamos”.
Al final, Sietecase contó que “siempre jugábamos a ver quién iba a escribir la necrológica del otro. Me tocó a mi; pensé que iba a ser al revés. ‘Creo que gané’, me dijo”.
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