Hace 30 años fallecía Victoria Ocampo
El 27 de enero de 1979 moría la fundadora de la revista Sur y promotora incansable de la cultura de nuestro país
Hoy se cumplen 30 años de la muerte de Victoria Ocampo, una figura destada de la cultura argentina del siglo XX, fundadora de la revista Sur e incansable promotora de autores consagrados y noveles de todo el mundo.
Había nacido el 7 de abril de 1890 en el seno de una familia aristocrática de Buenos Aires. Vivió con su familia en Francia, donde tomó cursos en la Sorbona y de muy chica se convirtió en lectora voraz, escritora y amante de la actuación. Su primera publicación se tituló Babel , un comentario del Canto XV del Purgatorio de Dante, aparecido en LA NACIÓN en mayo de 1920.
Posteriormente publicó numerosas obras, entre las que destacan la serie de Testimonios , diez volúmenes en total, publicados entre 1935 y 1977, y su Autobiografía , en seis volúmenes, que comenzó a escribir en 1952 con la condición de que fuera publida luego de su muerte.
En 1931, ante la insistencia de amigos y conocidos de todo el mundo, funda la revista Sur, que se convirtió en una de las publicaciones más importantes de habla hispana, en la que colaboraron nombres de primera línea: André Gide, Thomas Mann, T.S. Eliot, André Malraux, Henry Miller, Graham Green, Henry Miller, Octavio Paz, Borges y Bioy Casares, dentro de una lista extensísima.
Un par de años después, para solventar la revista, fundó la editorial con el mismo nombre, y publicó obras de García Lorca, Mallea, Onetti, Alfonso reyes, Huxley, Horacio Quiroga, Jung, Virginia woolf, Nabokov, sartre, Kerouac, Camus u Michaux, entre otros.
En 1942 se mudó a Villa Ocampo, donde generó no sólo un espacio de encuentro entre creadores sino que recibió innumerables visitas de intelectuales de la talla de Ortega y Gasset y Tagore. En 1973, donó esa casa y Villa Victoria a la Unesco para "ser utilizadas con un sentido vivo y creador en la producción, investigación, experimentación y desarrollo de actividades culturales", según sus palabras.
Borges la retrató así el día de su muerte: "En un país y en una época en que las mujeres eran genéricas, tuvo el valor de ser un individuo. Dedicó su fortuna, que era considerable, a la educación de su país y de su continente. Personalmente le debo mucho a Victoria, pero le debo mucho más como argentino."