Omnipresencia
Un suelo cuarteado en bloques de tierra entre los cuales solo han logrado subsistir unas tímidas plantitas. Una inmensidad reseca que impresiona por su desolación Sobre ella, un pastor descansa en medio de la nada, acompañado por un perro. Atrás ha quedado el ganado que está cuidando. En medio de ese escenario yermo, el teléfono móvil entre sus manos echa por tierra todo ese aislamiento. Instrumento omnipresente, logra inmiscuirse en los paisajes menos imaginados. Por supuesto que de la mano de la necesidad imperiosa de los humanos de cada vez más tener un vínculo permanente con otros, con lo que está sucediendo, o tal vez jugando o haciendo una de los cientos de actividades que ofrecen estos dispositivos. La soledad se ha convertido así en un estado en vías de extinción. Elegida por muy pocos en muy pocas ocasiones, una desconexión que incluso tiene mala prensa.