Patrimonio en ruinas: informes internacionales alertan sobre la destrucción cultural en Gaza
Según distintos relevamientos, entre el 53% y el 71% de los sitios históricos de Gaza han sido dañados desde octubre de 2023, cuando Israel inició su ofensiva
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Desde el inicio de la ofensiva militar del Estado de Israel sobre la Franja de Gaza, tras el ataque perpetrado por Hamas el 7 de octubre de 2023, distintos organismos internacionales y locales han documentado los daños al patrimonio cultural. Aunque las cifras varían según la fuente, todos los reportes coinciden en un punto: la magnitud de la destrucción es alarmante.
“Cada sitio, monumento o fragmento de historia perdido representa un pedazo de memoria colectiva borrado, lo que impacta en el paisaje cultural no solo de Gaza, sino de toda la humanidad”, afirma un informe elaborado por el Ministerio Palestino de Turismo y Antigüedades (MoTA). La frase resume con claridad lo que está en juego más allá de la catástrofe humanitaria inmediata: una devastación cultural que arrasa con mezquitas centenarias, iglesias cristianas, museos locales y yacimientos arqueológicos que eran testigos de los miles de años de historia compartida entre las distintas sociedades que poblaron el territorio.
Según ese documento, publicado en febrero y realizado con apoyo de la Universidad de Oxford y el British Council, el 71 % del patrimonio cultural de Gaza ha sufrido algún tipo de daño. De los 316 sitios evaluados, 138 presentan destrucción severa. “La pérdida del patrimonio cultural no es sólo la destrucción de estructuras físicas —advierte el texto—, sino también la desaparición de significados, memorias y valores transmitidos a lo largo del tiempo”.
Por su parte, la Unesco —a través de monitoreo satelital— reportó que hasta el 27 de mayo de 2025 se habían registrado daños en 110 sitios culturales: 77 edificios de interés histórico y/o artístico, 13 edificios religiosos, 9 monumentos, 7 yacimientos arqueológicos, 3 depósitos de bienes culturales muebles y un museo.
Un informe de la Comisión Internacional Independiente de Investigación sobre el Territorio Palestino Ocupado, perteneciente a la ONU, presentado en junio de 2025 ante el Consejo de Derechos Humanos, rechaza que estos ataques puedan interpretarse como daños colaterales: “El ataque y la destrucción de sitios patrimoniales, la limitación del acceso a dichos sitios y la eliminación de su historia heterogénea erosionan los vínculos históricos de los palestinos con la tierra y debilitan su identidad colectiva”.
En paralelo, una evaluación del Banco Mundial calculó que más del 53 % del patrimonio cultural de Gaza ha sido dañado o destruido. El impacto económico asciende a 120 millones de dólares en pérdidas materiales y 55 millones en pérdidas indirectas para el sector. En comparación, los daños ocasionados por el conflicto de 2014 se estimaron en 1,2 millones de dólares: la cifra actual multiplica por cien aquella evaluación previa.
Si bien gran parte de estas pérdidas se deben a los bombardeos aéreos, el documento publicado por MoTA aclara que los daños no se limitaron a ellos. “También hubo destrucción causada por excavadoras, operaciones militares terrestres y saqueos”, detalla el informe. En varios casos, se documentaron “actos de demolición mediante maquinaria pesada” y “actividad de excavación que resultó en la alteración o destrucción de sitios arqueológicos”, incluso sin que mediara una intervención armada directa.

Monumentos milenarios, iglesias y museos bajo escombros
Entre los sitios afectados se encuentran algunos de los monumentos culturales y religiosos más relevantes de Gaza. El Palacio Qasr al-Basha (también conocido como Palacio Pasha), una edificación del siglo XIII que funcionó como residencia otomana y más tarde como museo arqueológico, fue blanco de bombardeos y arrasado con excavadoras en diciembre de 2023. La Comisión de la ONU señala que el ataque provocó su “destrucción casi total” y que muchos de los objetos que albergaba fueron “destruidos, sustraídos o saqueados”.
Construida en el siglo XIII sobre las ruinas de una antigua iglesia bizantina, la Gran Mezquita Omarí era la más antigua de Gaza. Su arquitectura reunía capas de historia: desde restos romanos y columnas corintias hasta ampliaciones otomanas. En su interior albergaba una de las bibliotecas más antiguas y valiosas de la región, con cientos de manuscritos históricos que formaban parte del legado intelectual palestino. Afortunadamente, muchos de ellos habían sido digitalizados previo al ataque de Israel. El lugar fue blanco de ataques en diciembre de 2023 y sufrió daños graves. Según la ONU, Israel argumentó que Hamás utilizaba la mezquita con fines militares, pero no se presentó evidencia que confirmara esa afirmación.
Otro caso emblemático es el de la iglesia ortodoxa griega de San Porfirio, una de las mas antiguas del mundo, construida en el siglo V. Aproximadamente 450 civiles se refugiaban al momento de un ataque ocurrido el 19 de octubre de 2023. En el atentado murieron 19 personas, entre ellas 8 niños.
La iglesia católica de la Sagrada Familia también sufrió daños graves. Aunque se trata de un templo más reciente, su valor para la comunidad cristiana local era significativo por su rol espiritual y social. El 16 de julio, la iglesia fue alcanzada por un proyectil israelí, dejando un saldo de tres muertos y varios heridos, entre ellos, el cura argentino Gabriel Romanelli, con quien hablaba todas las noches por teléfono el papa Francisco desde el inicio de la guerra entre Hamás e Israel.
“Esta no es la primera guerra que ha pasado esta gente, no obstante, esta no tiene parangón, nunca se vio algo igual”, había dicho Romanelli en diálogo con LA NACION. “Lo que está sucediendo en Gaza es algo verdaderamente inhumano: el número de víctimas sigue aumentando cada día, la guerra sigue su curso, los rehenes siguen sin ser liberados, toda la gente privada de la libertad alejada de su familia, más de 130.000 heridos, muchos con secuelas que van a quedar toda la vida ya la gente lo que más le angustia es que le falta comida”, agregó el párroco.

También fue reducido a escombros el Museo Cultural Al-Qarara, que preservaba la historia popular y rural del sur de Gaza. Fundado en 2016, el museo albergaba más de 3500 objetos, entre ellos artefactos arqueológicos que databan del año 4000 a.C., textiles tradicionales, utensilios agrícolas, monedas, mosaicos bizantinos y joyas cruzadas. Según el informe del MoTA, su destrucción representa una doble pérdida: “Se han perdido las memorias materiales que daban cuenta de modos de vida hoy desaparecidos”. Durante los primeros días de la ofensiva, el edificio fue gravemente dañado, y luego completamente destruido por ataques aéreos y excavaciones.
¿Hay futuro para el pasado?
La destrucción del patrimonio cultural en Gaza no se limita a la pérdida humana -se estima que hay más de 60.000 personas fallecidas- y edilicia. Abarca también la dimensión simbólica, histórica e identitaria de los pueblos que habitaron la región durante milenios. “La destrucción de los sitios del patrimonio cultural en Gaza tiene un profundo impacto psicológico en la población local —señala el informe de MoTA—. Estos lugares suelen ser símbolos de identidad comunitaria y resiliencia, y su pérdida genera una sensación de desarraigo cultural y desesperanza. Su desaparición y los daños continuos al patrimonio borran porciones significativas de la narrativa histórica y cultural de Gaza".
Según un reporte de la ONU, se estima que la reconstrucción total de Gaza demandaría al menos 14 años de trabajo ininterrumpido y la remoción de más de 30 millones de toneladas de escombros, con un costo que ronda los 40.000 millones de dólares. La cultura, como hilo de transmisión intergeneracional, también es una víctima de esta guerra.
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