Una lista de temas en el corazón de un libro, casi un género literario
El juvenil Playlist sigue el recurso de convertir un soundtrack en ficción
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¿A qué suena "How to Disappear Completely", de Radiohead? ¿Y "Crown of Love", incluido en el disco Funeral, de Arcade Fire? A priori uno diría que son, literalmente, la banda de sonido de un suicidio y su posterior despedida. Pero podrían significar mil cosas más: se sabe que, dependiendo de cuándo y dónde se haya escuchado una canción es la asociación emotiva, a veces imborrable, que nos queda de ella. Nick Hornby dedicó un libro a esto: cada uno de los ensayos de 31 canciones está enfocado en un momento memorable de su vida. Tras la lectura, uno conoce mucho más del autor de Alta fidelidad: que perdió la virginidad escuchando Santana o que desearía que en su velatorio sonara "Caravan", de Van Morrison. Lo que uno entiende perfectamente es por qué una lista de temas puede ser el mejor retrato de un melómano.
En el plano de la ficción, tal vez inspirada en Hornby o rindiéndole tácito homenaje a ese gran cronista de la cultura pop de finales del siglo XX y comienzos de éste, Playlist, las canciones de mi muerte, primera novela de Michelle Falkoff que la editorial Del Nuevo Extremo publica aquí esta semana, elige para sí el mismo formato. Un recurso que puede parecer novedoso a los jóvenes lectores que sale a capturar esta trama adolescente, pero que a los sentidos de quienes están más cerca de los 40 tiene referentes claros.
Hayden y Sam son mejores amigos desde los 8 años. Ahora tienen 15 y son esa clase de "chicos a los que les gustan los videojuegos y la música, un poco geeks, pero no totalmente ñoños". Un par de adolescentes que, en Livertyville o acá la vuelta, chatean mientras juegan en red, miran The Walking Dead y pueden quedarse horas en una comiquería sin encontrarle competencia a Star Wars. La novela comienza cuando Hayden se mata -ese primer capítulo lleva por título el tema de Radiohead-, después de una fiesta sobre la que, en las 286 páginas, recae todo el misterio. En la escena inicial hay pastillas, alcohol y un pendrive con 27 canciones a modo de nota de suicidio. En verdad, también hay una breve nota: "Para Sam. Escucha y entenderás".
Playlist va directamente a conquistar a ese público que protagoniza hoy un fenómeno editorial, lectores que en el plano musical, a merced de Spotify, a diario arman, desarman y regalan estas selecciones musicales con sello de autor: el propio. Para estos chicos, escuchar música es sinónimo de playlist.
Pero la verdadera sorpresa que trae este lanzamiento no está en el recurso ni en la leyenda que abre cada sección del libro, con el título de una canción y su intérprete acompañando el ícono de play, sugerencia de escucha. La buena nueva es que con este ejemplar ya se puede inaugurar un pequeño estante en la biblioteca personal (¿o en la batea?) dedicado a un minigénero literario: el de los libros que toman un puñado de canciones como columna vertebral de lo que cuentan. "Tracklist literario", podríamos llamarlo.
Vivencial, como 31 canciones, y asociado a una pérdida que evidentemente también proviene de la realidad (Falkoff dedica su ficción "Para Erik, en memoria"), como Playlist, en ese anaquel hay que alojar además a uno de los mejores ejemplos para este tipo de libros. El que hace casi una década escribió el periodista de la Rolling Stone norteamericana Rob Sheffield: Love Is a Mix Tape. Reneé, la mujer de sus sueños, murió en sus brazos, y su ausencia transforma los días y las noches, el departamento que compartían, la ruidosa manzana de Brooklyn. La forma agridulce que Sheffield tiene de evocarla está en revisar la colección de casetes grabados con un doble casetera. Veintidós capítulos, cada uno con un mix tape como hoja de ruta, que sirven para contar una historia de amor. Al final, el libro es un mix tape. Lo que hoy llamaríamos playlist.
El playlist de Playlist
"How to disappear completely", Radiohead
"Crown of Love", Arcade Fire
"Mad World", Tears for Fears
"Invisible", Skylar Grey
"One", Metallica
"Pumped Up Kicks", Foster the People
"I Don't Want to Grow Up", The Ramones
"Diane Young", Vampire Weekend
"Smells Like Teen Spirit", Nirvana
"One Step Closer", Linkin Park
"The Mariner's Revenge Song", The Decemberists
"Adam's Song", Blink 182
"Alison", Elvis Costello
"This is How It Goes", Aimee Mann
"Despair", Yeah Yeah Yeahs
"On Your Own", The Verve
"Let it Go", The Neighbourhood
"Say Something", A Great Big World
"Everybody Knows", Leonard Cohen
"How to Fight Loneliness", Wilco
"Conversation 16", The National
"Last Goodbye", Jeff Buckley
"Hurt", Nine Inch Nails
"For Emma", Bon Iver
"Cosmic Love", Florence and the Machine
"The Mother We Share", Chvrches
"It's Only Life", The Shins
Nuevo ejemplar de una especie

Playlist, las canciones de mi muerte
Michelle Falkoff
El libro, que sale a la venta hoy, está dirigido al público joven, y se organiza a partir de una lista de 27 canciones que el protagonista deja en un pendrive a modo de nota de suicidio
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