Adelante, Juan Curuchet
BRAGADO.- Ya es una costumbre. Se vuelve inevitable repetirse. Sólo hay un culpable de estas nuevas, o viejas, reiteraciones: Juan Curuchet (Toledo), que ayer por la mañana se adjudicó la quinta etapa -una contrarreloj de 12 kilómetros- con un tiempo de 14m33s y se quedó con la malla amarilla del líder. De esta manera, el marplatense se encamina hacia su tercera victoria en la 65a. Doble Bragado. Por la tarde, Darío Colla (Keops) se reivindicó y ganó la sexta etapa -un recorrido de 102 kilómetros en un circuito callejero de esta ciudad- con un tiempo de 2h15m12s.
Curvado sobre su bicicleta, con un pedaleo constante y veloz, Juan Curuchet dejó la marca de su ambición en estas tierras, donde el ciclismo es furor.
Pintado con el pincel de la popularidad, el más solicitado a la hora de los autógrafos no podía defraudar a sus admiradores. Era el Nº 1 para la contrarreloj y, una vez más, Juan Curuchet lo confirmó. Parece que nadie puede con este hombre que anteayer cumplió 35 años y le regaló a su familia -que vino desde Mar del Plata para festejar su cumpleaños- el triunfo. Prezioso, que era el líder, quedó a 1m28s, muy lejos del viejo gladiador marplatense.
Por la tarde, la historia fue otra. Incansables e imperturbables, los ciclistas comenzaron el trajín por las calles bragadenses. Lisandro Cruel (Bianchi), Alejandro González (Crush), Gustavo Artacho (Keops), Gerardo Fernández (Bianchi) y Gonzalo Salas (Crush) iniciaron en varias oportunidades intentos de fuga en busca de mejorar sus posiciones en la clasificación general, que, luego de la etapa de la mañana, era dominada por los representantes del equipo Toledo. Sin embargo, los ataques fueron abortados inexorablemente.
Fabio Placánica (Keops) y Claudio Zanabria (Crush) comenzaron el ataque y le sacaron hasta 24 segundos de diferencia al pelotón y marcharon al frente durante 20 kilómetros. Resultó vibrante ver al equipo Toledo, bajo el liderazgo de Gabriel Curuchet, ir en busca de los que se habían escapado.
La gente alentaba a Placánica y a Zanabria, que huían con gran empeño. Pero la fría estadística no guardará estos datos, porque no entiende eso de registrar emociones. Y al fin, cuando fueron alcanzados, cayeron en las sombras del pelotón sin más premio que el reconocimiento de la gente, que por otra parte no es poco.
Así llegó la definición. Colla demostró que está fuerte, aunque en el aspecto anímico le haya quedado un sinsabor por haber perdido el liderazgo de la clasificación general tras la caída de anteayer.
Hoy, a las 8, comenzará la última etapa, con un recorrido de 150 kilómetros. Y todo indica -sin ningún imponderable por delante- que se coronará Juan Curuchet en Luján, donde culminará la tradicional competencia. Como ya lo hizo en 1997 y en 1998.
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