Asidero ganó el Carlos Pellegrini
En un desenlace espectacular, Asidero ganó ayer el Gran Premio Carlos Pellegrini, en el hipódromo de San Isidro. El potrillo del empresario Samuel Liberman venció por la cabeza a Litigado y marcó tiempo récord para los 2400 metros. Tercera, a media cabeza, llegó la potranca chilena Crystal House.
Más de 66.000 personas presenciaron la victoria de Asidero que, en el 2000, irá a correr a los Estados Unidos.
Asidero, en una carrera que definieron tres colosos
El hijo de Fadeyev superó por cabeza y media cabeza a Litigado y a Crystal House, en tiempo récord
Antes de la largada, la versión de ayer del Gran Premio Carlos Pellegrini era la carrera de la década. Después de que Asidero cruzó el disco primero, con la cabeza de ventaja sobre Litigado y con la yegua chilena Crystal House tercera, a media cabeza, se convirtió en una de las carreras del siglo. De esas que se recordarán siempre. Aquellas a las que habrá que estar agradecido por haberlas presenciado.
Fue difícil dominar la emoción y no gritar para darle fuerza a alguno de los tres colosos que definieron la más célebre carrera de caballos de América del Sur. Fue un final que no admitió imparcialidad. Fue un desenlace del que tomaron parte aun los que habían apostado por los que quedaron lejos.
Entre las 76.891 personas que estuvieron ayer en San Isidro, hubo cuatro que podrían sintetizar lo que uno quisiera que fuera el saldo de semejante gran premio. Eran dos parejas jóvenes, y uno de los muchachos le explicaba al resto qué era el Pellegrini. Y hablaba del Nacional y del Dardo Rocha, las pruebas más importantes de los otros hipódromos centrales del país. Con ansiedad, los otros preguntaban si habría revancha para Litigado y Crystal House, porque no querían perdérsela.
Este Pellegrini generó el mejor marketing para una actividad que lo necesita como el aire. Los dos mejores caballos del año protagonizaron un espectáculo inolvidable, al que se sumó Crystal House, como para que la amenaza de un ejemplar extranjero no deje de sobrevolar sobre los argentinos ni aun cuando se pone en la pista a dos caballos descomunales como Asidero y Litigado.
A la pregunta sobre si Asidero es mejor que Litigado se responde que sí, pero acaso los motivos que se expongan sean mucho más elementales que técnicos. El caballo de La Pomme es mejor porque ganó. Pero, ¿qué hacer si no elogiar hasta la reverencia a Litigado, que vino al césped, el que se suponía era el feudo de su rival, y lo exigió hasta convertir la competencia en una lucha épica?
Se podrán buscar varias explicaciones. Decir que Asidero ganó porque es aguerrido y nunca se da por vencido; que Crystal House tuvo que cambiar levemente un andarivel justo cuando atropellaba y eso le hizo perder una fracción de segundo; o que Pablo Falero creyó que tenía cocinado a Asidero, y entonces optó por cerrarse al advertir la arremetida de la chilena.
Acaso la razón del resultado esté en esas tres circunstancias juntas, en una, o en ninguna. Lo cierto es que Asidero hizo la carrera de su vida respetando hasta sus vicios, con la cabeza torcida y abriéndose en la recta, y tuvo un jinete que le ahorró esfuerzos prematuros, a riesgo de dejar escapar a su principal adversario en la punta. Pero lo mejor fue su reacción, que le permitió estirarse en los últimos 10 metros para ganar cuando parecía perdido.
También Litigado corrió como nunca. Esta vez tuvo que pelear como no lo había hecho en el Nacional, y su guapeza quedó en evidencia al volver tras ser superado por Asidero en la mitad de la recta. Además, dejó en claro que el césped no lo limita.
Lo de Crystal House fue extraordinario porque afrontó una exigencia extrema fuera de su país, corriendo al revés (a la mano izquierda) de lo que lo hizo hasta aquí. Es cierto que tuvo la ventaja de que su jinete venía montando todavía en el final del codo, mientras adelante hacían el gasto, pero no hay más que méritos en su actuación.
Este sublime Gran Premio Carlos Pellegrini hizo que ganaran todos los que colmaron San Isidro. Y entre ellos había un hombre siempre sonriente, que con el resultado sonrió más que nunca. Era Ron McAnally , el entrenador norteamericano. Pronto, en su stud de California, estarán Asidero y Crystal House, y es muy probable que luego se sume Litigado. Cuando eso ocurra, tendrá el privilegio de recordar una carrera para la historia, cada vez que observe a esos extraordinarios caballos en su box.
El historial de la marca
Por cuarta vez desde la reapertura del hipódromo de San Isidro, el récord de los 2400 metros es batido con ocasión de un Gran Premio Carlos Pellegrini. El primero en marcarlo fue I´m Glad, en 1981, luego lo bajó Algenib, en la edición de 1991, y más tarde Seaborg, en 1995. Ayer Asidero empleó la marca más rápida de la historia: 2m21s98/100.
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