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Carismáticos, referentes para gran parte del público, Juan María Traverso y Marcos Di Palma, verborrágicos y sumamente veloces debajo del auto, parece que no encuentran el rumbo en el competitivo mundo del Turismo Carretera, categoría en la que aún no lograron victoria alguna cuando ya se disputaron 11 fechas de la categoría más popular del país.
Con presupuestos envidiables, acompañamiento de la gente y recursos numerosos, los dos pilotos más convocantes transitan con el paso cambiado. Lejos de la pelea por el título, ambos ídolos luchan por salvar el año con una victoria.
Y cada uno trastabilló con problemas diferentes. Traverso no encontró la modalidad de trabajo que le permitiera soñar con el anhelado triunfo y quizá paga las consecuencias de viejos relaciones mal terminadas. Desde el año último, cuando regresó al TC tras aquel portazo que dio hace cuatro temporadas en contra de la dirigencia de la Asociación Corredores de Turismo Carretera (ACTC), los inconvenientes fueron la falta de potencia de los motores.
En 2002, Traverso llamó la atención con la designación de Pablo Satriano como motorista, ya que lo compartía con su rival, Marcos Di Palma. La curiosa alianza duró sólo una fecha (Balcarce). Luego pasó a los servicios de Eduardo Bozzone, que, tras competir en La Plata y antes de la carrera de Trelew, falleció por un paro cardiorrespiratorio. En Buenos Aires, confió la responsabilidad a Daniel Berra.
Tras un replanteo, Traverso volvió a quien le dio muchas alegrías dos décadas atrás: José Miguel Herceg, que se dedicó a mejorar el problemático motor del Chevrolet. La unión que supo conseguir éxitos históricos no logró resultados, y ahora el Flaco acelera con la unidad motriz que le entrega el JC Competición.
En el aspecto deportivo, Traverso consiguió su único podio en Río Gallegos, el 9 de marzo último. En Salta, circuito que remodeló el dueño del equipo en el que compite, Alejandro Urtubey, luchaba en los primeros lugares, pero a dos vueltas del final hizo un trompo y se retrasó al 15° lugar.
Los problemas llegaron a la última carrera, en Rafaela, donde Traverso ni siquiera se presentó el domingo. Tras clasificarse en los últimos lugares en la serie, el ex campeón decidió no largar la carrera. En medio de innumerables versiones, el equipo se quedó en el circuito santafecino para probar y eliminar "una serie de vibraciones que impiden el buen funcionamiento del auto", según explicó el director deportivo Luis Román.
Los allegados a Traverso aseguran que su deseo es volver a los impulsores del preparador Jorge Pedersoli, con quien sumó éxitos en el TC y en el TC 2000. Sin embargo, el motorista de San Martín, hoy abocado al auto del campeón Guillermo Ortelli, mira hacia otro lado: "Por más que me traiga una fortuna, yo no vuelvo. No tengo nada que decir como piloto. Pero por mi salud, me quedo donde estoy", confesó el motorista, que sostiene que es difícil la convivencia con el ídolo.
Entre despistes e incidentes con el Gurí Martínez y Christian Ledesma, Marcos Di Palma también tuvo un paso errático en la temporada. El piloto de Arrecifes visitó la sede de la ACTC para declarar por los incidentes tantas veces como carreras disputadas.
Las maniobras controvertidas y los problemas mecánicos se alternaron la responsabilidad de los abandonos del Chevrolet número 6. Hasta que la empresa que patrocina a Marcos intercedió en el aspecto deportivo y el piloto pasó a las huestes de Alberto Canapino, al conducir una Chevy del equipo MCM. Es más, se asegura que en un futuro no tan lejano, los motores serán del afamado Pedersoli.
Pese a la falta de resultados (la mejor actuación llegó en Buenos Aires, hace 40 días con el 4° puesto), Di Palma fue más que veloz con la firma del contrato publicitario. Derby, pese a disfrutar sólo de una victoria (el día que se estrenó su publicidad en el auto, en Río Cuarto 2002), prorrogó el convenio hasta diciembre de 2004.
La empresa tabacalera desembolsa 1.400.000 pesos por temporada, a razón de 90.000 pesos por competencia. Gracias al acuerdo con la firma de cigarrillos, el menor de los hermanos Di Palma también compite en el TC 2000, por ahora en el equipo privado de Armellini aunque se estima que pasaría al team oficial Chevrolet, y también en el Turismo Nacional, aunque por pocas fechas más.
Marcos no sólo derrapa en las pistas. También participa de actividades promocionales. Llega la carrera de Río Cuarto, que presentará un circuito nuevo, con una extensión que alcanza los 4070 metros de longitud. Ambos van a la ciudad cordobesa con los autos livianos (apenas 30 kilos de lastre cada uno) y con la premisa de levantar una temporada que, en lo deportivo, por ahora pasa con pena y sin gloria.




