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Yo era adolescente, casi tirando a muchacho, podría referir Borges, si esto no se toma como un atrevimiento. Y a veces lo escuchaba. Por aquellos días, la radio era el único objeto que a uno lo ponía en la compañía de las personas, de las cosas, de los sucesos. De la vida, ¡bah!
Se llamaba Carlos Ginés. Entonces, un animador. El señor que conducía un programa. Mezclando noticias, entrevistas, informaciones, música. Lo mismo de los novedosos programas de hoy, pero sin palabrotas. El suyo era distinto, empezando por el título. "¡Levántese contento!" Eso, en un país que trataba de ser. Con vacilaciones y tropiezos. A veces, con algún desequilibrio. Pero con dignidad, sin corrupción. Con vergüenza. Otro tiempo.
Hoy, viendo que la Fórmula 1 aparece monótona por el dominio de Michael Schumacher y su Ferrari, que la oposición se muestra lejos y sin fuerzas; hoy, cuando menudean los conflictos verbales, las detonantes investigaciones sobre empresas ficticias y el desánimo de los equipos que deberían estar animados por el afán de revertir (me gusta más "modificar") la situación, me acuerdo de Ginés.
Y pienso que pasado mañana y el domingo tendremos que levantarnos temprano para ver el GP de España. Y frente a la incertidumbre, al fastidio, a estos días en que el mal humor quiere apoderarse de nosotros, recuerdo a Ginés. Y le digo a usted, sin pizca de burla: "¡Levántese contento el sábado y el domingo! ¡Y prepárese, porque la sorpresa puede estar ahí! Esperándonos en un recodo de Montmeló..."
¿Quiere tener una base, por ejemplo, para palpitar la clasificación? Sepa que en Australia, dentro del segundo, estuvieron las Ferrari, un Williams y un McLaren. Que en Malasia, en el mismo cupo se alternaron Ferrari-Williams-Ferrari-Williams. Que en Brasil aparecieron siete máquinas en el bendito segundo. Un Williams adelante. Y después, Ferrari, el otro Williams, los dos McLaren, un sorprendente Renault y una Ferrari castigada. La última vez, en Imola, en el dichoso segundo orientador, se vio a las dos Ferrari y a los dos Williams.
¿Me adivina? Vea la clasificación y compare. Estudie si hay otro aire. Si el viento que sopla es distinto. ¡Y siéntase contento! ¡El domingo puede ver otro GP de F. 1! ¡Y esto, aunque monótono, aburrido y fastidioso, es bueno! ¡Levántese contento!




