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La fisonomía de la Fórmula 1 cambiará para siempre. A partir de 2007, la máxima categoría del automovilismo internacional no podrá utilizar publicidad de tabaco, una característica que marcó a fuego el codiciado mercado que propone el prestigioso mundo de la velocidad. Será el tiempo de las empresas de comunicación, de telefonía o de computación el que tomará la posta.
El automovilismo se vincula con el cigarrillo desde hace tres décadas, cuando el visionario constructor Colin Chapman sorprendió no sólo por sus novedosas soluciones mecánicas, sino por pintar por primera vez el logotipo de los cigarrillos Gold Leaf en el Lotus conducido por el inglés Graham Hill.
El cigarrillo fue sinónimo de F.1. La asociación del tabaco con la imagen ganadora y glamorosa que generaba su ambiente (en especial en los años 70 y 80) se fortalecía con otra característica del automovilismo: para la mayoría, la actividad motor no es un deporte. Dos imágenes propicias para las compañías tabacaleras, que desembarcaron y desarrollaron sus estrategias publicitarias en un terreno más que apto para sus propios intereses. En más de 210 países se distribuyen los 340.000.000 de telespectadores que siguen cada carrera, que observan unas 6000 veces las marcas que patrocinan a la F.1.
La Comunidad Europea ya tenía en jaque a la publicidad tabacalera. En algunos GP europeos, como los de Francia, Alemania y Gran Bretaña, los autos no pueden ser auspiciados por cigarrillos.
La FIA, que ahora parece estar dispuesta a colaborar, perdió la pulseada. En su momento amenazó con quitar a la F. 1 del Viejo Continente y desplazar su circo a Asia y América latina, donde las leyes no son tan estrictas en contra del consumo del cigarrillo. Marlboro se irá en 2006 y cada vez son menos las empresas tabacaleras en la F.1. El año último el equipo Prost perdió a Gauloises.
En su lugar llegan las empresas de tecnología, como telefónicas, computadoras e Internet. Compaq fue la primera firma no tabacalera en convertirse en el principal sostén de Williams-BMW. Y la compañía de telefonía celular Vodafone (sponsor de Manchester United), anunció su patrocinio a Ferrari desde el año próximo.
Mientras la globalización achica las distancias, una nueva era arranca en la F. 1. Las compañías de comunicaciones apuestan fuerte al vértigo para posicionarse y las empresas tabacaleras se hacen humo.




