Finales de la NBA: cómo hizo Golden State para ganar el primer juego a pesar de la noche apagada de Curry y Thompson, sus estrellas
Con 45 puntos de los suplentes, el equipo local se impuso a Cleveland por 104-89 y se quedó con el primer juego de la serie final de la NBA; el domingo vuelven a enfrentarse en el Oracle Arena
OAKLAND, Estados Unidos.- Ni gestos arrogantes ni tampoco miradas desafiantes al banco rival. El Oracle Arena, tapizado de amarillo y con la hermosa psicodelia armada por unas curiosas pulseras que parpadeaban al ritmo de los gritos y de la música, se rindió ante la segunda unidad. Los Warriors no fueron los de Curry o Thompson, ellos hicieron su parte cuando todo estaba encaminado. Los campeones quedaron en manos de la inspiración de Livingston y de Barbosa. Sí, sin demasiado marketing pero igual de letales ellos, los suplentes que aportaron 45 puntos para la victoria por 104-89. Ni la furia de Irving ni la potencia de LeBron los pudo frenar. El primer juego de la final fue para el local por 104-89 y ahora se volverán a ver el domingo también en este estadio.
Si alguien había pensado que el desgaste o el estrés por la serie a siete juegos con Oklahoma City, podía afectar a Golden, anoche en esta ciudad quedó en claro que este equipo que tiene el sello y la impronta de Steve Kerr no solo se ajusta a la magia de sus estrellas. Anoche fueron los suplentes los que hicieron el trabajo, porque desde allí se resolvió el juego, incluso, cuando Cleveland lo acosó en el tercer cuarto y le dio vuelta el partido (68-67). Pero Shaun Livingston, con 20 puntos, encabezó la armada que le dio una paliza a los Cavaliers con un 39-5 en puntos aportados desde el banco de los suplentes. Detrás apareció el brasileño Leandrinho que sumó 11 puntos y fue importante para sostener el juego desde el perímetro.
El gesto de Curry, con el juego casi resuelto fue una clara muestra de la noche que tuvo el número 30 de los Warriors. Después de meter su tercer triple sobre ocho intentos, revoleó su protector bucal como señal de bronca. Es que no pudo tener el juego en sus manos como a él tanto le gusta. Y eso también se reflejó en Klay Thompson, cuando faltando dos minutos para el cierre del partido, acertó su primer tiro de tres puntos sobre cinco lanzamientos. Claro, el número 11 de Golden es tan expresivo como Tim Duncan, así que no fue fácil advertir sus emociones por una noche fuera del dial.
Ni los 23 puntos de LeBron, ni los 26 de Irving y tampoco los 17 de Love, le alcanzaron a Cleveland para poder arrebatarle el primer juego de la serie a los Warriors. Se lo vio a The King intenso y tratando de dominar el partido, porque no quiere volver a quedar de rodillas ante este equipo como sucedió en la temporada anterior. El brabucón de Green hizo si trabajo para evitar que LeBron se quedase con las luces de la noche.
Fue una primera cita especial, muy especial, no sólo por el show que montaron los Warriors para ir por su quinto anillo e intentar el segundo consecutivo, sino porque le enviaron un mensaje a su rival: Golden no sólo es Curry, Thompson o Green. Tiene más material para volver a ser el dueño de la NBA.