Juegos de la Juventud: el oro de Brian Arregui premia al coraje e ilusiona con el futuro en boxeo

Brian Arregui salió disparado del ring y se abrazó con sus amigos y su familia, que lo esperaban en las gradas del Pabellón Oceanía, en el Parque Olímpico de la Juventud. El joven boxeador de Villaguay, Entre Ríos, había ganado la medalla de oro en la categoría de hasta 69 kilosluego de vencer por decisión unánime al marroquí Yassine Elouarz (5-0 marcó la tarjeta).

El derrotero del capitán de "los Pitbulls", el equipo de boxeo de Buenos Aires 2018, estuvo repleto de obstáculos. En su vida y en el camino deportivo hacia este logro. A sus seis años, falleció su padre, un obrero agrícola. Poco recuerda de él pero lleva su imagen tatuada en el pecho. Además, el año pasado, a los 17, fue padre de Briana. Paola, la madre de la niña, es la hija de su entrenador, Darío "Chanchito" Pérez. Fueron muchos días de viaje y entrenándose lejos de su hija y de su familia. Pero él confiesa su antídoto para energizarse: "Mi hija es la que me motiva día a día. Me da fuerzas para seguir. Me manda mensajitos y me levanta el ánimo", confiesa el joven pugilista, con la medalla dorada colgada en su pecho.

Víctor Castro, uno de los entrenadores de la selección, no duda en llamar "la llave de la muerte" al camino que hizo Arregui para llegar a la final. Debió pelear dos veces ante el uzbeko Jakhongir Rakhmonov. Primero lo venció, y después, como este accedió a través del repechaje, volvió a derrotarlo. "El uzbeko era el más difícil que tenía en la competencia", explica Castro.

Marcos "el Chino" Maidana presenció el final del combate desde la tribuna y bajó para abrazar al campeón olímpico juvenil. "La verdad es que fue muy lindo. Estoy muy contento de que me haya venido a dar un abrazo", expresó Arregui sobre el encuentro.

Esta es la segunda medalla que cosecha el boxeo argentino en unos Juegos de la Juventud y la primera de oro. Justamente, el hermano del Chino Maidana, Fabián, ganó la de bronce en los Juegos de la Juventud de Singapur. "No tengo palabras para describir ese momento tan hermoso", declara Brian luego de cantar el himno argentino y ver flamear la bandera desde lo más alto del podio.

Arregui, que fue abanderado en la escuela y le gustaría ser profesor de educación física, sueña con ser profesional y campeón del mundo. Más de un promotor ya tomó nota de sus destrezas como púgil. A los 9 años comenzó a boxear y a los 13 fue seleccionado en un campus, cuando el boxeo comenzó a buscar a su joven talento para estos Juegos. La vida es vertiginosa para Brian. Alberto Palmeta, que compitió en Río 2016 en la misma categoría que Arregui, se anima a darle un consejo: "Son chicos y están en proceso de formación. Que se mantenga en su camino. Que él piense qué lo trajo hasta acá, y que eso lo potencie para otro resultado que quiera", señaló.