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Jennifer Dahlgren tenía todo bajo control cuando parecía que nada estaba bajo control. Sus primeros lanzamientos del martillo no se acercaban a los 70 metros, una marca que la atleta porteña viene tirando con comodidad en 2011. En tanto, mientras analizaba su secuencia de tiros, veía como su amiga y compañera de entrenamientos Alejandra García no conseguía saltar en los 4.00 metros con garrocha y su participación en el Sudamericano se diluía en puros deseos. Dahlgren miraba como García enfundaba sus garrochas y prefirió no mirar más. Volvió a centrarse en su prueba. Sus registros la ponían por detrás de la colombiana Eli Johana Moreno, una colombiana que suele ser quien la tracciona en estas competencias para que Dahlgren termine sacando lo mejor que tenía para cada día.
Cada lanzadora dispone de seis intentos. Cuando llegó el cuarto tiro, Dahlgren pasó al frente con 69,65 metros. Iba primera pero no estaba feliz. Y cuando la tarde caía en el CENARD, cuando el primer día del Campeonato Sudamericano se despedía, lanzó su mejor tiro para que el martillo se clavara en 72,70 metros. Ya había superado el record del campeonato (69.07) y con ese registro consiguió la mejor marca de la temporada. Los atletas saben antes que nadie si lo que hicieron fue bueno. No precisan esperar el tiempo oficial ni la confirmación de una marca por parte de los jueces. Un buen tiro o una buena carrera se siente en las tripas. Cuando el martillo todavía estaba en el aire, Dahlgren gritó "Tomá..." y el final de su lanzamiento la encontró quieta en el círculo de la jaula, con toda la fuerza centrífuga detenida sin ninguna inercia. "Hago cien lanzamientos por semana durante la mayoría de los meses del año y desde hace varios años. Con todo eso ya sabés cuando un lanzamiento va a ser bueno. Y ese lo era...", comentaba Dalhgren justo al final de su prueba y ya con la medalla dorada de campeona sudamericana. Ya tiene en su poder su lugar ganado para los Juegos Olímpicos de Londres 2012 y ahora le sumó el pasaje directo al Mundial de Atletismo que se hará en Daegu, Corea, a finales de agosto.
La marca conseguida por Dahlgren en el CENARD es la décima en la temporada por encima de los 70 metros. Un lanzador busca eso: constancia en un nivel de rendimiento. Luego podrá venir el tiro que rompa el molde y que lo pueda meter en una final olímpica y hasta en un podio. O no. Pero para que pueda suceder primero tiene que haber un rendimiento parejo que se acerca a la marca deseada. Otro ejemplo: Asafa Powell, el velocista jamaiquino, ha corrido 65 veces en su vida por debajo de los diez segundos. Ese ya es su registro "normal". El resto pasa por mejorar lo ya establecido.
Dahlgren se puso entre las siete mejores competidoras de 2011 con su lanzamiento de 72.70 metros en el Sudamericano. Y lo hizo en una jornada muy atractiva para este campeonato: ya había ganado Germán Lauro en bala (19.61 metros, cuarto título sudamericano consecutivo), Javier Carriqueo en 5.000 metros y poco antes la saltadora brasileña Fabiana Murer (número dos detrás de Yelena Isinbayeva) había ganado con 4,70 y fallado en su intento de saltar 4,90 en una jornada muy ambiciosa para ella.
"Si hay chicos que están mirando esto por televisión, les diría que vengan al CENARD a ver atletismo. Y que sepan que este depore tiene una disciplina para cada uno, no importa como sean. Cada uno puede encontrar algo y tal vez más adelante haya alguien que pueda lanzar martillo o ser fondistas. El atletismo tiene lugar para todos...", decía Dahlgren que planea participar en algunas fechas de la Liga de Martillo, una de ellas en Rusia. Todo eso en camino al Mundial de Corea y los Juegos Panamericanos de Guadalajara.
Hasta el domingo, un total de 400 atletas sudamericanos compiten en el CENARD. El portón de entrada ubicado en Av Del Libertador al 7100 es cruzado por autos y colectivos que llevan gente que ni sospecha que a cien metros de la avenida hay campeones olímpicos, subcampeones mundiales y las figuras del atletismo de la región. Con objetivos que llevan años de preparación y resultados que se dan en un día y que pueden tener 72,70 metros de felicidad.

