Doble Bragado
MERCEDES.- Caía la tarde en esta ciudad y el pelotón, heterogéneo como pocos -camisetas y bicicletas multicolores, cascos de diferentes modelos y ciclistas de muchos rincones del país-, hizo su entrada triunfal con un líder: Roberto Prezioso, del equipo Bianchi, que tardó 2h12m24s para los 90 kilómetros entre General Rodríguez y Mercedes, recorrido de la primera etapa de la tradicional prueba Doble Bragado.
La gente recibió a los ciclistas con algarabía; acaso porque Mercedes, aún relativamente cerca de la Capital Federal -poco más de 100 kilómetros-, no está contaminada por el apuro de la Gran Urbe, aprovecha el tiempo de otra manera y disfruta de los deportes tradicionales.
La carrera se había puesto en marcha poco después del mediodía, simbólicamente, en la plaza principal de Caseros, cabecera del partido de Tres de Febrero, con más de 100 ciclistas en la línea de partida; el pelotón, en la tórrida tarde del tercer día de otoño, arrancó con entusiasmo y transitó por la ruta 8; reguló la marcha y en General Rodríguez se dio la señal oficial: había empezado la Doble Bragado.
Prezioso no dudó. Aferrado a su bicicleta, afirmado en el brillante manubrio, marcó el paso; con él, Omar Contreras, Claudio Zanabria y Fabián Ortiz armaron el pelotón de vanguardia; siempre, claro está, con Prezioso un poco más adelante. El segundo pelotón daba pelea; Prezioso miraba para atrás, y a unos 1000 metros acechaban Walter Pérez -se anotó y largó la prueba a último momento-; Luis Lorenz y Gerardo Fernández.
El raudo paso de los ciclistas tenía, cada tanto, un premio: el aplauso de los lugareños que, en racimos, se juntaba en las banquinas. En San Andrés de Giles, Prezioso marcó la diferencia: se impuso en el embalaje.
Otra vez en la ruta, se achicaron las distancias. Prezioso ya no estaba sólo; eran nueve los integrantes del pelotón líder con Contreras, Zanabria, Ortiz, Walter Pérez y Cía. De pronto, un susto: se cayó un grupo de ciclistas y todos se levantaron rápidamente; entre ellos, se advirtió a Adrián Gariboldi como el más afectado, pero apenas le quedó un molesto raspón en una pierna.
En el último tramo, en busca de la llegada, Prezioso se afirmó otra vez en la punta; decidido, pedaleó con mucha convicción y muy seguro de sus fuerzas; los árboles, muchos pintados de cal blanca, quedaban atrás; parecían tatuados desde el automóvil-piloto, que abría el paso a los competidores. Y no hubo caso: Walter Pérez, que en algún momento parecía el hombre que podía comprometerlo a Prezioso, cedió en su andar; y de pronto el pasacalle con un leyenda tradicional: llegada. Y Prezioso lo cruzó hidalgamente.
Hoy, a las 14.30, se pondrá en marcha la segunda etapa. Será entre Mercedes y Chivilcoy. Nos imaginamos que habrá casi 140 kilómetros de emociones.
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