El Big 3 se eternizó y postergó a una generación que no encuentra lugar
PARIS – Novak Djokovic , Rafael Nadal y Roger Federer , repartidos en el número 1, 2 y 3 del mundo. Una constante que se ha repetido, lógicamente con cambios de posición: el suizo fue líder por 310 semanas; Djokovic suma 256, y Nadal totaliza 196, para un total de 762 semanas, el equivalente a 14 años y unos 8 meses. Desde que Federer asumió como número 1, el 2 de febrero de 2004, el Big 3 dominó casi de manera hegemónica el planeta de las raquetas, con apenas un descanso de 41 semanas a cargo de Andy Murray.
Entre los tres suman 102 años; los tres han pasado de las tres décadas. Pero, lejos de someterse al recambio que impone la naturaleza, continúan vigentes . En otros tiempos, hubieran sido superados por las nuevas generaciones. Pasó siempre, en este deporte y en otros, como corresponde a una evolución lógica y necesaria. Pero no: Djokovic, Federer y Nadal siguen ahí. Totalizan 53 títulos de Grand Slam entre los tres. En 2002, cuando Pete Sampras ganó el US Open y llegó a 14 grandes, parecía que esa cifra sería inalcanzable. Menos de un año después, Federer ganó la primera de sus 20 coronas. Pasaron menos de dos décadas. En el medio, dos o tres generaciones de tenistas, a la sombra de un terceto de leyenda. Sampras fue relegado al cuarto puesto, detrás del suizo, Nadal (18) y Djokovic (15).
La combinación de talento y trabajo los ha llevado a salir de sus zonas de confort para mejorar y crecer. Han sabido cuidar el físico con calendarios adecuados, potenciarse entre ellos, también, porque ninguno ha cedido en su espíritu competitivo. "Nos conocemos mucho, pero Federer no juega como hace diez años, y yo también he cambiado un poco mi juego", destacó Nadal hace un par de días. Rafa dice que alguien, algún día, vendrá y quebrará sus récords. "Es algo normal", agrega. Pero no: lo que hace Nadal, y lo que han hecho Federer y Djokovic no es normal.
A mediados de 2019, ningún jugador nacido en el siglo XXI ha conseguido ganar un Grand Slam. Thiem, dos veces finalista en París, tiene 25 años. "Con Djokovic, Federer y Nadal arriba, para ser campeón de un grande tienes que vencer al menos a dos de ellos en la semifinal y la final. Es muy difícil", asegura el austríaco, que es el cuarto jugador del mundo, y también ha mejorado y madurado en su juego, pero todavía le falta. Alexander Zverev (22), Stefanos Tsitsipas (20) y Karen Khachanov (23) están un poco más cerca. Sin embargo, en las instancias importantes están siempre los mismos. El recambio se demora, para deleite de los fanáticos de las leyendas. Pero, en algún momento, el tenis deberá asomarse a una realidad sin Federer, sin Nadal y sin Djokovic, que dejarán un listón casi inalcanzable. Un mundo desconocido, con nuevas caras, acaso con otras reglas. Distinto. ¿Estará preparado este deporte para el día después? Tras la duodécima sinfonía de Nadal, aún no hay una respuesta.
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