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Argentina consiguió una chance más para ir al Mundial de Sudáfrica 2010 al ganarle agónicamente a Perú en la cancha de River.
Bajo una tormenta, jugando mal y desesperado, y con la soga al cuello, cada vez más apretada, Martín Palermo puso el 2 a 1 en tiempo de descuento y generó la famosa barrenada de Maradona en un campo de juego que parecía una pileta.
"¿Qué le dijiste a Palermo cuando entró?", preguntó un periodista.
La sala de prensa parecía el vestuario de un club de natación. Los cronistas empapados y esperando por la palabra del entonces entrenador del seleccionado. Comunicándose con "estudios centrales" dando su visión del partido, que dejaba dudas de cara al partido decisivo contra Uruguay en Montevideo, unos días más tarde.
De repente entró Diego Maradona. Todos en silencio y en su lugar para que empiece la conferencia de prensa. "¿Qué le dijiste a Palermo cuando entró?", preguntó un periodista.
Diego sonrió y fue sincero: "Entrá y arreglame esto", respondió. La sala de prensa del Estadio Monumental explotó en risas, cargadas de angustia que se va y alivio que llega porque Argentina estaba aún en camino.
Octubre de 2009 quedó muy lejos, pero hace pocos días, el otro protagonista de aquella noche, el máximo goleador de la historia de Boca contó otra parte de aquella historia.
"Qué culo tiene este", cuenta Palermo que Maradona y Alejandro Mancuso, uno de sus ayudantes en el seleccionado, dijeron al pasar por su pieza tras el partido.




