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SAN MIGUEL DE TUCUMAN.– En un duelo de necesitados, ninguno consiguió lo que buscaba. Se podría decir que a Huracán le encuadra mejor el empate en una cancha complicada, más todavía por como fue el desarrollo del juego. Pero el 0-0 con Atlético, en definitiva, es de poca utilidad para dos conjuntos que precisan puntos como el agua.
El comienzo no fue bueno. Los antecedentes pesaron y los dos prolongaron sus presentes irregulares. Las imprecisiones se repitieron y, así, las buenas jugadas se ausentaron en el atardecer tucumano. Los arqueros no vivieron el peligro de cerca. Cada uno tuvo una buena situación para abrir el marcador. Primero pegó Huracán, cuando Andrés Franzoia a los 14 minutos resolvió mal un mano a mano ante Lucas Ischuk. A los 40 minutos, Atlético Tucumán tuvo su mejor oportunidad cuando después de una acción individual, Luis Rodríguez remató desde fuera del área y encontró una buena respuesta de Gastón Monzón.
Poco más que eso dejó la primera mitad, al margen de una polémica temprana. Sucedió a los 6 minutos, cuando Ischuk dio rebote de un disparo de Adrián Peralta, y cuando intentó retener la pelota Gustavo Balvorín se la llevó para marcar el gol. El árbitro Juan Pablo Pompei entendió que el delantero le quitó la pelota de las manos al arquero y cobró falta, pero la sanción del referí dejó dudas.
La segunda parte tuvo más ritmo y por eso el partido ganó en intensidad. Ante la necesidad de un triunfo, los locales se plantaron con mayor decisión en el campo de Huracán y crearon las situaciones más claras. La mejor fue a los 15 minutos, cuando Escobar quedó cara a cara con Monzón, cedió atrás y el tiro de Rodríguez fue despejado en gran forma por el arquero. Fue un minuto desafortunado para los tucumanos, porque en la acción siguiente, Longo vio justificadamente la tarjeta roja por juego brusco y Atlético quedó con un hombre menos.
En la media hora final, no se notó la diferencia numérica. Con un buen manejo de la Pulguita Rodríguez, su equipo manejó los tiempos del partido, aunque le faltó precisión. La mayoría de los avances no terminaba en ataques, porque al pase final le faltaba algo de claridad para encontrar un mejor destino. Y, además, en las pocas llegadas que tuvo más certeras, respondió bien Monzón. Todo quedó entre dos necesitados que se llevaron poco para sus urgencias.
Hubo ovación y plaqueta de reconocimiento de Atlético para Héctor Rivoira; el ex DT del club se emocionó al recibirla.
Juan Pablo Pompei lució una remera azul oscuro, que en algunos momentos se confundió con la del equipo local.
Por primera vez jugaron juntos ante su gente los hermanos Raúl y José Escobar, de Atlético, quienes ya habían actuado ante Independiente, en Avellaneda.

