Belgrano logró empatar el clásico en un final increíble

CORDOBA.- Suele ocurrir porque la emoción también hace a la esencia del juego. Belgrano estaba casi jaqueado, tenía dos jugadores menos, lo asfixiaba la proximidad del final y perdía 2 a 1. Se habían adicionado cuatro minutos, de los que ya se habían disputado tres. La agonía parecía haber derretido la confianza de sus hinchas en una tarde insoportable de calor, cuando Berza, tras un centro de Suárez (quedó la duda sobre si había traspuesto la línea final) y un posterior cabezazo de Novaretti, metió otro cabezazo y le dio a Belgrano lo que parecía increíble. Y la emoción pudo por sobre cualquier otra especulación. De nada valió que Instituto haya sido el equipo más prolijo (ganaba 2-1, con goles de Morales Neumann y Romero, de penal); incluso pudo ampliar la ventaja, pero De Giorgi le atajó un penal a Lima, a tres minutos del final.

Belgrano ganaba, sin jugar bien, con un penal anotado por Bustos. No sorprendió el empate logrado por Morales Neumann, luego de una habilitación de Bogado. Prolijo y astuto, reaccionó y pasó al frente, con el festejo de Romero, de penal. Belgrano parecía vencido: las expulsiones de Miguel Martínez y Gastón Turus lo pusieron al borde del nocaut. Le quedó servida en bandeja la victoria a Instituto, que desperdició varias ocasiones; entre ellas, el penal, a sólo un puñado de instantes del epílogo.

Al final, el gol de Berza, en el cuarto minuto adicionado, dejó a Instituto con la agria sensación de haber merecido la victoria, pero sin embargo se tuvo que conformar con un empate con más gusto a derrota que a otra cosa.

Por Enrique Vivanco

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