Cambios lógicos de Barros Schelotto y Gallardo para reactivar los niveles de Boca y River
Tanto Boca como River tenían situaciones del juego para ajustar. Si bien el líder lleva una buena ventaja sobre sus perseguidores y las falencias las sintió más desde el funcionamiento que desde los resultados, le necesidad de Guillermo Barros Schelotto de hacer modificaciones en el equipo se debe a encontrar una mejora futbolística que le permita llegar mejor parado al debut en la Copa Libertadores y cruce con River por la Supercopa.
Sin la presencia de Gago, Pablo Pérez y Benedetto, el debate xeneize siguió ubicándose en quién debería ser el N° 9 (Si Walter Bou, Tevez o Wanchope Ábila ), pero su déficit estaba en el mediocampo. Así se observó en los últimos partidos ante Colón, San Lorenzo y Temperley. Boca probó con los esquemas 4-2-3-1 y 4-3-3, pero más allá de eso el equipo sufrió la falta de generación de juego, que dependió casi en exclusividad de Cardona, por más que Tevez es capaz de tirarse atrás y aportar asistencias, como lo hizo en el gol de Nández a Colón, en la Bombonera.
El Mellizo evaluó que Boca está sólido atrás y que, adelante, cada vez que ataca da la sensación de que puede hacer un gol. El problema estaba en el mediocampo, situación que cualquier equipo del fútbol argentino tendría si dos de sus principales componentes (Gago y Pérez) se ausentan al mismo tiempo. Barrios es sumamente importante y Nández se ganó un puesto a fuerza de tenacidad y “realismo” (presencia en jugadas decisivas), pero hoy el equipo estaba pidiendo más un ingreso como el de Bebelo Reynoso (o Maroni, en su defecto) que el de otro centrodelantero, por más que Ábila debe estar masticando bronca porque ve que la chance de ser titular sigue sin aparecer. Con el exTalleres se agregaría alguien que puede jugar y generar sociedades en corto con Cardona; para explotar con cambio de ritmo y velocidad Boca ya tiene a sus laterales, más Pavón y Tevez. Así también lo explicó Barros Schelotto: “A Tevez lo ubico de 9 porque necesitamos un poco más de fútbol y por eso pongo un mediocampista más y no otro delantero”. El interrogante que quedará para el domingo es si Tevez jugará de falso 9 o más retrasado todavía. Su ubicación terminará marcando el esquema: si será un 4-3-3 o 4-3-1-2, con el Apache jugando por el centro (y más dentro que fuera del área) o más retrasado que Cardona y Pavón.
Marcelo Gallardo arrancó condicionado la semana en River . Scocco no pudo practicar por un dolor lumbar y recién este viernes logró sumarse; Enzo Pérez está suspendido y Pity Martínez, lesionado. Son, de movida, tres cambios (casi) obligados. Más allá de eso, el tono de la conferencia denota que al momento millonario lo preocupa al entrenador, que seguirá probando hasta encontrar el mejor equipo que llegue en condiciones de arrancar la Copa Libertadores y de enfrentarse con Boca.
Y para buscar recuperar esa “solidez defensiva”, “intensidad” y “agresividad en el juego a la hora de atacar”, virtudes perdidas, como reconoció Gallardo también en conferencia de prensa, le vuelve a hacer un lugar a Maidana como primer central junto con Martínez Quarta como compañero de zaga; y Ponzio pasa a tener un socio de más marca con Zuculini , volviendo a la fórmula del doble 5 como tuvo en un pasaje de su ciclo con Ponzio y Kranevitter. Así River dejaría el 4-1-3-2 para jugar 4-2-2-2, con Quintero y Nacho Fernández (o De la Cruz) más adelantados, para hacerse cargo de la creación, y con Mora (que entró bien vs. Lanús) para ser la dupla con Pratto.
Son cambios lógicos, pensados en atacar los puntos vulnerables, aunque también lo hubiera sido si el DT decidía mantener a Javier Pinola (aunque corrido al lateral izquierdo) y relegaba a Saracchi. O si ingresaba Mayada por Montiel en el lateral derecho. Al fin y al cabo, fueron dos de las variantes que analizó y probó durante la semana en el Monumental.
River estaba más obligado a generar modificaciones en busca de una reacción, pero Boca tampoco se podía quedar quieto. Y, más allá que sus decisiones pueden tener adhesiones o diferencias, tanto Barros Schelotto como Gallardo terminaron tomando decisiones lógicas en función del momento de cada uno.
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