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LISBOA, Portugal.- La muerte de Miklos Feher fue demasiado trágica y sorprendente como para entenderla. Las imágenes de TV o las fotografías del jugador húngaro, de 24 años, desplomándose en el césped de la cancha de Guimaraes cuando su equipo, Benfica, ganaba por 1 a 0, fueron conmovedoras y dejaron estupefactos a todos.
Pasaron las horas y el mundo, no sólo el futbolístico, buscaba una respuesta. Sin embargo, las causas de su fallecimiento son una incógnita a la espera de los resultados médicos. Son un oscuro y doloroso misterio.
La autopsia de Feher no ayudó a descubrir las razones del paro cardíaco que le costó la vida, según anunciaron las autoridades portuguesas. No se encontraron indicios de una lesión cardiovascular a la que pudiese atribuirse la muerte.
Según el forense Pinto da Costa, esto descarta la posibilidad de que una dilatación cardíaca, como fue el caso del camerunés Marc-Vivien Foé (falleció mientras jugaba con su selección ante Colombia, por la Copa de las Confederaciones, el 26 de junio del año último, en Francia), hubiese originado el ataque al corazón.
"Si Feher hubiera tenido una malformación en el corazón se habría visto en la autopsia. Ahora se puede suponer que en este caso hay algo sospechoso", dijo Da Costa.
La determinación de las razones del deceso recaerá en el trabajo de los laboratorios que investigarán los tejidos de Feher, pero este proceso puede alargarse durante varias semanas. Por el momento, la fiscalía local abrió una investigación sobre el caso. "Cuando la causa de la muerte no está clara deben intervenir las autoridades", explicó el fiscal, Armenio Sottomayor.
En tanto, los homenajes del planeta futbolístico no paran de llegar en memoria de Feher. Carlos Queiroz, técnico portugués de Real Madrid, mandó el pésame y transmitió todo su apoyo en el momento más difícil para el fútbol de su país.
Luego se supo que el manager de Hertha Berlin, Dieter Hoeness, esperaba contar con Miklos Feher para reforzar el equipo. El periódico Bild tituló: "Aquí murió la esperanza del Hertha". "Hace tiempo teníamos al jugador en nuestra lista de fichajes. Es increíble que una persona tan joven pierda la vida así", comenta Hoeness
En el velatorio del jugador, realizado en el estadio La Luz, de Benfica, el plantel se mostró destruido; también su DT, el español José Antonio Camacho, y la gloria portuguesa y de la institución en décadas pasadas, Eusebio. El presidente del club, Luis Filipe Vieira, anunció que la camiseta número 29, que usaba Feher, no será atribuida a ningún otro futbolista en el club.
Miles de hinchas pasaron por allí. También los planteles de Sporting y Alverca, más el alcalde de Lisboa, Pedro Santana Lopes. Pasearon sus lágrimas, su dolor y su impotencia. Ahora, como el resto del mundo, quedaron sumergidos en el misterio.



