El Mundial ya se juega entre copones, obras y especulaciones

COSTA DO SAUÍPE.- Fútbol, arena y playa. Los tópicos más característicos de Brasil dan cuenta del primer acto significativo del Mundial 2014. Porque desde que la FIFA decidió darle a este país la organización de la Copa del Mundo comenzó a vivirse anticipadamente, mucho más de lo habitual con respecto a otras citas ecuménicas. Especialmente desde que la entidad suprema de este deporte delineó la conformación de los copones que determinarán cómo será el punto de partida de las 32 selecciones participantes. Será pasado mañana, a las 13 de nuestro país, con el sorteo que se realizará en Costa do Sauípe, un soñado complejo turístico situado entre mar y cocotales, a 76 kilómetros de Salvador de Bahía.

La FIFA, y se acepta, entiende el fútbol en todas sus dimensiones y por cierto una de ellas es la del negocio. En la industria del entretenimiento sabe que los mundiales son su principal producto ante el mundo globalizado. En esa búsqueda de nuevos mercados, después de las experiencias en Corea y Japón y la última en Sudáfrica, decidió bendecir con su dedo todopoderoso al más ganador en esta competencia: Brasil, que aún con sus contrastes a cuestas disfruta de su condición de anfitrión. Pero más allá de cuestiones macro, nadie se atreve a desconocer que el fútbol está arraigado en su población y que la pelota se hace carne en su gente. Se ve sobre la arena, donde cuerpos -algunos moldeados y otros no tanto- demuestran sus habilidades apenas tapados con sus sungas.

Con esa escenografía de fondo, la FIFA determinó la distribución de las selecciones para el sorteo y confirmó las ocho cabezas de serie que estaban previstas, entre ellas el seleccionado argentino (además de Brasil, Alemania, España, Suiza, Bélgica, Colombia y Uruguay). Pero como anuncio novedoso se conoció que también el azar decidirá qué equipo europeo pasará al copón 2 (de Costa de Marfil, Camerún, Ghana, Argelia, Nigeria, Chile y Ecuador). En el famoso bolillero que desvela a todos por igual están Holanda, Italia, Inglaterra, Portugal, Grecia, Bosnia, Croacia, Rusia y Francia. Y uno de estos seleccionados del Viejo Continente sólo podrá formar parte de los grupos que lideran los cabezas de serie sudamericanos: Brasil, Argentina, Uruguay y Colombia. Y en el copón 3 están Japón, Corea del Sur, Irán, Australia, Estados Unidos, México, Costa Rica y Honduras. En definitiva, las bolillas podrían cargar de exigencias mayores a los dirigidos por Alejandro Sabella, pues hasta podrían compartir la zona con dos potencias europeas. Al fin, escenarios y conjeturas en este juego de especulaciones que en breve chocará o se reflejará en los hechos.

La determinación del cuadro final representa el primer golpe de escena para la FIFA. Y en este punto de partida que reúne a las máximas autoridades del fútbol mundial, hay temas que inquietan más que un encuentro que, en sí mismo, convoca a dirigentes de todo el mundo, políticos, figuras, técnicos y leyendas. Brasil 2014 renueva el debate sobre los millones y los costos que demanda la construcción de los estadios exigidos: siete de los 12 estadios aún deben terminarse. Algo que fue un tema de peso en la conferencia de prensa que contó con la presencia de del presidente de la FIFA, Joseph Blatter; el secretario general, Jérome Valcke; el presidente del Comité Organizador Local (COL) y de la Confederación Brasileña de Fútbol (CBF), José María Marín, y del ministro adjunto de Deportes de Brasil, Luis Fernandes. "Hay un hecho triste, que lamentamos: la pérdida de dos personas que murieron la semana pasada y nos sentimos tristes por las familias. Pero el estadio estará listo para el partido de apertura", llegó a decir Blatter de la tragedia del miércoles pasado en el Arena Corinthians, donde dos operarios fallecieron al desprenderse una estructura que era levantada por una grúa.

Está latente, será el Mundial de los temores por la estabilidad social de sus ciudades. De ver como se contrarrestan los detalles que faltan. Por ejemplo, el viaje hasta aquí, previa escala en los aeropuertos de Río de Janeiro y de Salvador, entregó señales, por ahora sólo eso. En ambos pudo verse la siguiente leyenda: "Disculpen el desorden. Estamos construyendo un AEROPUERTO NUEVO". Y en cuestión de conexiones e infraestructura aeroportuaria todavía se observa mucho desorden.

Largos viajes, diferentes zonas climáticas, calor, humedad, pero también presión por los estadios, obras atrasadas, trabajo contrarreloj y un anfitrión como Brasil. Este sorteo que se espera con ansiedad es una especie de anticipo de un Mundial que invita a pensar e imaginar hipótesis. Sobre los copones y sobre la vida que se da entre palmeras, morros y fútbol.