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Mientras en Europa el puesto de manager, o director deportivo, funciona desde hace muchos años y es fundamental para delinear planes a corto y largo plazo que incluyan elección de entrenadores, buenas contrataciones y ventas de futbolistas y promoción de juveniles al primer equipo, entre otras responsabilidades, en nuestro país, pese a los repetidos intentos, esa función sigue en experimentación y aún sin consolidarse. Hay ejemplos muy exitosos, claro, como el de Christian Bassedas, en Vélez, que mantiene la distancia justa entre los dirigentes, jugadores y cuerpo técnico para ser el nexo necesario entre todas las partes involucradas en el fútbol profesional.
En el país, alguna vez se experimentó con grandes figuras que ya habían sido entrenadores, como Carlos Bianchi, César Luis Menotti y Héctor Veira, pero no se les pudo detectar un aporte concreto y en poco tiempo abandonaron sus cargos. De esas experiencias fallidas se percibió que los dirigentes que los contrataron no tenían en claro lo que necesitaban de ellos y que, además, esas fuertes personalidades no supieron convivir con los DT de turno, tal vez por egos, incapacidad o por no poder dejar de sentirse técnicos. Al Virrey, a quien Jorge Ameal reclutó como manager con la intención de que volviera a dirigir a Boca, se lo tuvo que esperar un tiempo más para que "despertara de su siesta". Menotti, en cambio, chocó rápidamente con Américo Gallego durante su gestión como manager de Independiente.
A partir de esas experiencias, los clubes empezaron a optar por managers más jóvenes y que no hayan sido entrenadores, como Gustavo Dezzoti y Sebastián Cejas (Newell's), Christian Bassedas (Vélez), Gabriel Batistuta (Colón), Nicolás Frutos (Unión), Bernardo Romeo (San Lorenzo), Gustavo Bartelt (All Boys), Roberto Ayala (Racing), Gonzalo Belloso (Rosario Central), Agustín Alayes (Estudiantes), José Luis Villarreal (Belgrano), Pablo Quatrocchi (Quilmes) y, recientemente, Enzo Francescoli (River). Algunos funcionaron, otros, no tanto?
"Para funcionar se necesita el respaldo de las dos o tres personas que manejan el fútbol. En mi caso, Fernando Raffaini y Miguel Calello me hicieron sentir que mi cargo tenía valor. Además, debe haber compatibilidad con el entrenador, si no es una posición incómoda", cuenta a la nacion Christian Bassedas, hasta ahora el manager más exitoso del país, con cuatro títulos en cinco años.
El campeón intercontinental con el Fortín, quien reconoce que se trata de un cargo "no habitual" en el fútbol argentino, insiste en la importancia de confiar en las ideas que aporta un manager: "Los dirigentes no me pusieron como un títere sino que le dieron valor a lo que yo creía, pero es importante no creerse el dueño de la verdad, ya que se trata de un conjunto de personas".
Bernardo Romeo, manager de San Lorenzo desde octubre de 2012, subraya que quienes cumplen la función no deben ser un estorbo: "Debemos ser un nexo, tomar decisiones, orientar en refuerzos e intercambiar ideas. Así se lo dije a Juan Pizzi y lo mismo pasó ahora con Bauza", explica.
Para Roberto Ayala, que cumplió ese rol en Racing y hoy tiene un cargo similar en Valencia, de España, es fundamental no interferir en las decisiones del entrenador: "Hay que dejar en claro cuál es el objetivo, porque se puede llegar a chocar con el entrenador y ahí la polémica está servida. Yo hoy intento hacer lo mejor desde mi función y cuando quiera ser técnico me alejaré de este tipo de cargos".
En cuanto a las funciones especificas que debe cumplir un director deportivo, el Ratón detalla: "Un manager participa en la elección del técnico y de los jugadores que se quieren sumar. Me sirve haber sido jugador y tener contactos con entrenadores que me puedan aconsejar sobre algún jugador y, por supuesto, debo preguntarle al técnico por un jugador que queremos sumar".
Romeo entiende que para ser manager hay que dominar otras habilidades que no son estrictamente futbolísticas o humanas: "Yo tengo la idea de hacer algún curso que me ayude y me guíe, ya que siempre hay que tratar temas de dinero, abogados, contratos". Y está convencido de que hay que profesionalizar el fútbol: "Es importante un tipo rentado, porque le podés exigir. Cuando uno está rentado tiene que estar full time y darle prioridad al club".
"El manager es alguien que ha tenido una historia dentro de un vestuario y que tiene un acercamiento diferente con los jugadores y con el cuerpo técnico. Es el que tiene que allanar todas las cosas que van pasando día a día en ese plantel profesional", explicó Francescoli cuando fue presentado como manager de River. "Se trata de ganar tiempo en muchas cosas que pasan en un club ya que los directivos necesitan estar en otros temas, como generar recursos para el club", agregó.
Aunque hay varios tomando esa responsabilidad, la figura del manager aún no se ha consolidado entre los clubes argentinos. Pero de a poco se ven señales de cambio: los dirigentes están sintiendo la necesidad de incorporarlos.


