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Hay una escena que pasó a ser casi biográfica en la trayectoria de Luis Enrique. Ocurrió el 9 de julio de 1994, en el estadio Foxboro, de Boston. España se debatía ante Italia en una lucha cerradísima por acceder a las semifinales del Mundial y Mauro Tassotti le aplicó un codazo que el árbitro húngaro Sandor Puhl no castigó. La imagen del rostro del español, ensangrentado y cargado de bronca, ocupó al día siguiente, con el equipo eliminado, la portada de la mayoría de los periódicos de la península: era una especie de síntesis del orgullo y el temperamento que en España se valora tanto o más que la más pulida condición técnica.
Y si se habló de escena biográfica se debe a que así se identificó siempre al polifuncional jugador de Barcelona, un insustituible desde siempre por el DT José Antonio Camacho en la selección. Si cuesta identificarlo con una posición estricta dentro de la cancha, mucho más fácil es describir su perfil como jugador: aguerrido, incansable, de esos que sostienen emocionalmente a su equipo. Y con el agregado de un contacto frecuente con el gol.
Apenas tenía 15 años cuando dio –y se dio a si mismo– la primera muestra de una personalidad de hierro. En pleno ascenso en las divisiones juveniles de Sporting Gijón, el equipo de su ciudad natal, fue dejado de lado por los entrenadores; una circunstancia que en miles de jóvenes determina la búsqueda de otro horizonte, en él no hizo más que fortalecer el carácter y llevarlo a buscar el desquite. El volver a empezar lo condujo a La Braña, una formación modesta en la que estuvo tres años hasta que Oviedo, atraido por las cualidades que ya comenzaba a mostrar, intentó incorporarlo. Pero cuando la noticia llegó a Sporting, el club que lo había rechazado volvió a abrirle las puertas con tal de no darle el gusto al eterno rival de la región.
Eso de andar entre amores y odios le es familiar a Luis Enrique. No son muchos los que pueden darse, como él, el lujo de haber vestido las camisetas de Real Madrid –entre 1991 y 1996– y Barcelona, su actual club. La entidad merengue le hizo un lugar impresionada por una temporada exitosa en Gijón, en la que marcó 15 goles, aunque de entrada le planteó desafíos complicados. Primero Hugo Sánchez, después Iván Zamorano... Siempre había una figura con la que pelear, siempre aparecía una circunstancia que lo obligaba a extremar su versatilidad en la cancha.
Los años con la camiseta blanca le hicieron vivir altibajos. De ese período guarda una de sus mayores conquistas: la medalla de oro en los Juegos Olímpicos de Barcelona 92, con la camiseta española. Mientras, su camino en Real Madrid pendulaba; lo mejor llegó cuando el equipo madrileño, dirigido por Jorge Valdano, se alzó con la liga 94/95. Una temporada irregular, en el 96, depositó en sus manos la libertad de acción y le señaló el rumbo hacia el otro bando. Barcelona y su DT de entonces, el inglés Bobby Robson, lo recibieron con alguna indiferencia –llegó al club catalán al mismo tiempo que el argentino Juan Antonio Pizzi–, sin saber que desde entonces Luis Enrique sería un emblema del equipo. En su primera temporada anotó 17 goles, tres más que todos los que había conseguido en cinco años para Real Madrid.
Apasionado por las motos, los autos y los videojuegos, nunca dudó cuando se le preguntó por un jugador con el que siempre hubiese querido compartir camiseta: Diego Maradona. Con dos Mundiales a cuestas y la frustración todavía fresca de no haber podido jugar la Eurocopa 2000 por una lesión, Corea-Japón significará para él lo mismo que para toda España: el reto de demostrarse que los fantasmas de siempre pueden ahuyentarse. “Los favoritos son Francia y la Argentina por igual, y después, Brasil. ¿Nosotros? Tenemos que superar la primera rueda; después, veremos”, dijo no hace mucho.
Si alcanza esa meta, entonces podrá desandar tranquilo la etapa final de su carrera tal como muchas veces lo soñó: tal vez, con la camiseta de su querido Sporting Gijón.
Fecha y lugar de nacimiento : 08/5/70, en Gijón, España
Peso : 73 kg
Altura : 1,80 m
Club : Barcelona (España)
Partidos internacionales: 57
Goles: 12
Partidos en mundiales: 7
Goles en mundiales: 2


