Messi y su salida de Barcelona: no piensa presentarse este domingo a las pruebas de PCR en la ciudad deportiva
La batalla promete ser larga. Habrá fuego cruzado y armisticios temporales. Choques de frente y toma de distancias. Lionel Messi encendió la mecha el martes con el envío de una carta documento a Barcelona, en la que notificaba que iba a hacer uso de la cláusula contractual que le permitía irse del club un año antes de finalizar el vínculo. Desde esa chispa se propagó un incendio de consecuencias aun incalculables.
El presidente Josep María Bartomeu reaccionó de una manera tan extrema como la empleada por el rosarino: desconoce la vigencia de la cláusula -considera que venció el 30 de mayo- e incluye a Messi en el nuevo proyecto futbolístico de Ronald Koeman, salvo que algún club pague la rescisión de 700 millones de euros.
A la espera de la palabra pública de Messi, el viernes se hizo saber desde su entorno que se iba a gestionar una salida consensuada con los dirigentes, ya que su decisión de fondo, el fin de su ciclo en el club catalán, es inmodificable.
A esa tregua le sucede otro foco de tensión. Quienes asesoran a Messi le comunicaron a Barcelona que este domingo no asistirá a la Ciudad Deportiva Joan Gamper para someterse a las pruebas de PCR por la pandemia de coronavirus, previas a la reanudación de los entrenamientos del lunes próximo, a los cuales tampoco se incorporará.
Desde el punto de vista de Barcelona, Messi está bajo contrato y de negarse a concurrir sin causa justa se expone a romper el código interno del club y disciplinario en el convenio Liga-Asociación de Futbolistas de España (AFE).
Una primera ausencia este domingo se consideraría como una sanción leve.Aunque una nueva falta a partir del lunes endurecería las sanciones. Según consigna Mundo Deportivo, el escenario sería más grave ante "la primera y segunda falta de asistencia al trabajo, sin causa justificada, no tratándose de un partido".
En este caso, el reglamento estipula una "suspensión de empleo y sueldo de dos a diez días". Económicamente, el convenio colectivo (base para los códigos de los clubes) establece una multa de hasta el 7% del salario mensual.
Si la ausencia de Messi se extendiera hasta el martes (tres días consecutivos), la sanción sería muy grave. Esta parte prevé la suspensión de empleo y sueldo de once a treinta días. Inclusive, la multa representaría ya un 25% del salario mensual.
En cualquier caso, Messi piensa en su futuro fuera del Camp Nou. Hasta el momento, la posibilidad más concreta es la de Manchester City, por el deseo del N° 10 de reencontrarse con Pep Guardiola -se encuentra de Barcelona en unos días de descanso- y la predisposición del club inglés a armar un plan económico que permita su desembarco. Una segunda posibilidad, alentada por Neymar y Ángel Di María, es Paris Saint Germain. En un tercer plano aparecen Inter y Juventus. Antes de que se conozca su destino, Messi debe resolver el tremendo nudo de su salida de Barcelona.
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