Pratto quiere volver a la selección y reconoce: "Boca me enseñó a jugar al fútbol"
Cuando jugaba en Defensores de Cambaceres, Lucas Pratto tenía un profe que era socio de Gabriel Palermo, el hermano de Martín. Un día lo llevaron a hacer una prueba; Pratto ni sabía en qué club sería, hasta que se descubrió en Casa Amarilla. Ahí empezó una historia que hoy parece de ficción. Alguna vez le hizo un gol a River, con la quinta división xeneize campeona en 2006. Lo dirigía Diego Cagna. Boca es parte de su vida y no reniega. Era fanático, él mismo lo reconoció. Y no hace tanto, en un video para la web oficial del club San Pablo, su paso anterior a desembarcar en River.
Las vueltas del destino. Apenas jugó 22 minutos en dos partidos de primera en 2009 –Huracán e Independiente– y terminó formando parte de la negociación con Universidad Católica para que el chileno Gary Medel llegara a la Ribera. Ese hombre se transformó en la peor pesadilla boquense en la serie más importante de la historia. "El contacto con la calle te va devolviendo la dimensión de lo que conseguimos. El agradecimiento de los hinchas te ayuda a entender que lo que ocurrió quedará en la historia, que seguramente será único porque probablemente nunca más se repita una final así. La gente te ayuda a caer, los saludos de los hinchas de River, de Boca, de los otros clubes también…"
–Dijiste de Boca....
–Sí, sí, me cruzo con hinchas que me saludan muy bien. Mirá… el otro día fui a cenar a un bar en La Plata y uno de los muchachos que atendía tenía la camiseta de Boca puesta. Se me acercó y me felicitó, con la mejor. Y me dijo: ‘Te quiero matar, pero sos un buen jugador, venía, sacate una foto conmigo’. Y por supuesto que me la saqué.
–Palermo te llevó a Boca. ¿Hablaste con él después de ganar la Copa Libertadores?
–No. Nos vimos en el cumpleaños de mi representante, que fue entre final y final. Martín y su familia me ayudaron muchísimo. Siempre tendrá mi gratitud y admiración.
Cuando desembarcó en Núñez, la cuenta en Twitter del delantero era @PrattoLucas12. Y jugaba con el 12 en la espalda. Los hinchas le exigieron que evitara ese número, entonces en la redes se convirtió en @PrattoLucas_ y eligió el N°27 porque su hija Pía nació el 27 de agosto de 2010. Pero él pone las cosas en su lugar: "Boca me enseñó a respetar a la gente, me enseñó a esforzarme y a jugar al fútbol. Yo no tengo problemas. Al término de la final, fui y saludé a todo el departamento médico porque son los mismos que estaban en mi época en el club. Me tuve que ir porque Boca tenía a los mejores delanteros del momento y yo no me quería estancar".
La selección: "Cuando me tocó estar, superé las expectativas"
Nada de pelos platinados, él cumplió la promesa de cortarse la barba tras la conquista de la Copa Libertadores de América. Tampoco le sumó tatuajes conmemorativos a una piel cargada de tinta. Nombres, símbolos, un samurai y letras de La Renga y Almafuerte tapizan el cuerpo de Lucas Pratto. "Cumple sus sueños quien resiste", dice por ahí, y más allá "Recuerda que un guerrero toma todo como un desafío". Claro, frases que hablan de él. Debutó en Tigre, jugó con 17 años en el Lyn Oslo de Noruega, Boca no le hizo lugar, transitó la B Nacional y lo apretaron los barrabravas de Unión. Apenas postales del hombre que jura que los mejores secretos de un centrodelantero los aprendió de Alberto Gilardino, compañero en Genoa y campeón del mundo con Italia en la Copa 2006.
Siempre fue el Gordo, el apodo ‘Oso’ recién nació en Vélez. "Me gusta, ese animal me representa", cuenta. Si bien anticipa que se quiere a quedar a vivir en River, acepta que espía el futuro. "Soy muy ansioso, soy insoportable. Estoy haciendo el curso de entrenador en La Plata, pero todavía no tengo definido qué haré cuando me retire. Quizás, trabaje con los juveniles en las divisiones inferiores. No lo sé, pero sí seguiré ligado al fútbol. De los exfutbolistas que dicen que no quieren saber más nada después de jugar, el 90% miente". Torea este platense que, de un modo u otro, siempre ha estado rodeado por algún N° 9: desde Martín Palermo hasta el brasileño Fred, compañero en Atlético Mineiro; desde Juan Antonio Pizzi, entrenador en Universidad Católica, hasta Ricardo Gareca, su técnico en Vélez. Del apuntado Gilardino hasta el ahora manager Enzo Francescoli, que en sus comienzos prefería transitar el centro del área rival...
Bromista, a través del grupo de WhatsApp del plantel de River, él se encargó de que todos se enteraran de un gol muy especial. Uno que Pratto le convirtió a Franco Armani. ¿En una práctica en el predio de Ezeiza o en el Monumental? No, en un duelo entre Unión de Santa Fe y Deportivo Merlo. "Él le quita méritos, dice que se lo hice porque había dejado el arco libre, pero yo le digo que mire toda la jugada, yo la inicio, la sigo y mi mérito es que fui a buscar esa pelota suelta. Franco, como yo, la peleamos desde abajo y me pone muy contento por él su presente. Por lo que ya consiguió en River y por haber llegado a la selección".
Y aparece la selección argentina en la charla. Lo llevó el entrenador Edgardo Bauza para su ciclo exprés y nunca más volvió. Ni con Sampaoli ni con Scaloni. Jugó cuatro partidos, marcó dos goles (a Venezuela y a Colombia) y sirvió una asistencia cuando la Argentina deambulaba en la tabla de las eliminatorias y nadie se atrevía a distinguir la Copa del Mundo en Rusia.
–Entre tus objetivos para 2019, ¿también aparece la selección argentina?
–En un momento muy difícil de la selección, cumplí. Creo que rendí, que incluso superé las expectativas que había alrededor mío. E insisto, eran momentos difíciles. Pero la selección no me debe nada, la selección está por encima de todo, como el himno o la bandera. Me toco salir y no volver, y quizá no todos habían cumplido como yo, pero no pierdo la esperanza de regresar. Este año será la Copa América y ojalá el entrenador quiera mirar para este lado. Yo tengo que jugar bien en River y seguir haciendo goles. Eso es lo más importante.
–¿Solo quedaste a la sombra de varios cracks o asumís que te ha faltado algo más para poder permanecer?
–Me ha tocado coincidir con monstruos. Y quizá me haya faltado un empujoncito más, algo de... marketing, que se yo… A veces la prensa ayuda… Quizás yo no guste tanto, tengo bajo perfil, tengo redes pero las uso muy poco, las tengo más por respeto a los hinchas que por interés personal. Quizás tenga que mover un poquito más las redes, ¿no? No, tengo que jugar bien y seguir haciendo goles. Ojalá valoren a los que laburamos.
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