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Noche diferente en el Monumental. Tras la consagración de Boca en el día de ayer, River debió recibir a Aldosivi y afrontar un duelo con una sola necesidad: quedarse con los tres puntos para quedar a tan solo un paso de la clasificación de la Copa Libertadores 2018, la meta planteada por el plantel al inicio del año. Y lo hizo por 1-0 con un gol inesperado en un día especial: fue Lucas Martínez Quarta, en medio de su caso de doping, quien consiguió el gol.
Pero hubo una figura que sobresalió durante toda la primera parte y salvó las las ropas de River: el cuestionado Augusto Batalla. Tras los errores en los duelos con San Lorenzo y Racing, el arquero tuvo una destacada actuación y si el resultado no se movió en los primeros 45 minutos fue gracias a sus intervenciones. Las dos más destacadas fueron en el cierre: primero le sacó un cabezazo alto a Galván y en la siguiente jugada le sacó un tiro con los pies a Alegre. Previamente, se había lucido con dos tapadas a Yeri y a Bandiera.
No fue un trámite sencillo para el equipo de Gallardo, que intentó hasta el cansancio poder penetrar la defensa de Aldosivi con conexiones fluidas en el centro del campo, más los desbordes continuos de Casco y Moreira. Pero, como sucedió ante Rosario Central, el Ciclón y la Academia, le costó definir cómo romper las líneas de un rival que no dejó jugar y que lastimó de contraataque -sin ser contundente-.
Por eso, River tuvo recién a los cinco minutos del segundo tiempo su primera opción clara, con un remate desviado de Pity Martínez. Luego, contó con un disparo débil de Rojas y un cabezazo de Alario que controló Vega. Hasta que llegó el esperado y necesario gol, a través de una pelota parada: a falta de 20 minutos, Pity apuntó al arco en un tiro libre y tras el re-bote del arquero, fue Lucas Martínez Quarta, a la espera de la resolución de su situación, quien definió con un furioso tiro y gritó con bronca el tanto para el 1-0.
Tras el festejo, nada más ocurrió. Gallardo mandó al terreno a Larrondo y Mayada -en lugar de Driussi y Nacho Fernández-, y previamente, en el inicio de la segunda parte, debió sacar a Maidana por precaución y hacer ingresar a Lollo. Así, con un marcado 4-4-2, cerró el par-tido y el Tiburón no supo cómo llegar al empate. Solo Larrondo pudo ampliar el resultado, aunque falló en el mano a mano con Vega.
Tras no poder cumplir con el sueño de robarle el título a Boca, el triunfo en el último juego del torneo como local le da tranquilidad al conjunto de Núñez. Con 55 puntos, recuperó el segundo lugar que había tomado Banfield y quedó prácticamente clasificado a la Copa Li-bertadores 2018. A pesar de que matemáticamente todavía no logró su boleto, su amplia diferencia de gol (23) lo beneficia con amplitud en la pelea. Ahora, ya piensa en cerrar el torneo frente a Colón el próximo domingo y apuntar todo al martes 4 de julio. Allí arrancará el plato fuerte: los octavos de final de la Copa ante Guaraní de Paraguay, el gran objetivo del año