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Dentro de su variado repertorio ofensivo, esta vez River tiró de su catálogo de ejecutantes de penales. Tuvo tres y de ellos se encargaron sucesivamente Enzo Fernández, Julián Álvarez y Juanfer Quintero. Variedad para la eficacia, en este River que aúna riqueza en el plantel e identidad de juego. El único gol de jugada para el 4-0 a Gimnasia llegó sobre el final, con Braian Romero.
Con una goleada ante un rival al que fue desgastando y sometiendo progresivamente con sus recursos futbolísticos e intensidad atacante, River preparó de buena manera el superclásico del domingo próximo ante Boca, en el Monumental. Sus hinchas se llevaron señales auspiciosas para volver dentro de siete días, mientras River se mantiene en el primer puesto de la Zona 1 de la Copa de la Liga Profesional, junto con Unión.
El equipo de Marcelo Gallardo, que en la semana había avanzado en la Copa Argentina al golear 5-0 a Laferrere, obtuvo 13 de los últimos 15 puntos, tras perder en el debut contra Unión en Santa Fe. El Lobo está en una caída pronunciada: solo sumó una unidad de las últimas 12 y se le viene Estudiantes.

Los refrescos de River combinan para suplicio de un Gimnasia entregado, sin respuestas. Palavecino y Paradela se encontraron por la izquierda. Rey tapó el remate del ex-Gimnasia; la pelota le quedó a Braian Romero, que de media vuelta definió alto. Un gol que le da confianza a un delantero que perdió lugar entre los titulares a partir de que Gallardo opta por reunir volantes ofensivos y dejar a Álvarez como única punta.
Rey se multiplica para evitar que la goleada sea mayor. Le tapa una definición a Paradela. El partido es historia y en las tribunas del Monumental ya se empieza a palpitar el superclásico del próximo domingo ante Boca.
Con el partido definido, Gallardo empezó a cuidar piezas para el superclásico. Reemplaza a Álvarez, Enzo Pérez, Barco y Enzo Fernández. Entran Romero, Zuculini, Palavecino y Paradela. A todo esto, River no afloja en ataque, mientras en Gimnasia solo se mantiene en pie Rey, que les tapa el gol a Simón -aún no convirtió en primera división- y a Romero.
La fórmula de River es el penal. Los provoca ante una defensa rival que no toma los recaudos ante jugadores que reaccionan más rápido. Ahora el que queda expuesto es el ingresado Enrique, que al intentar un ampuloso despeje permite que Julián Álvarez lo anticipe desde atrás. En vez de entrarle a la pelota, el zaguero de Gimnasia volteó al delantero. Tercer penal. Sigue la rotación de ejecutantes. Quintero lo tira a la derecha de Rey, que no estuvo ni cerca en ninguno de los tres remates.
“Para adelante”, fue el grito de Gallardo ni bien Paulo Díaz cortó de cabeza un avance. Le hicieron caso. Quintero largó una asistencia de 30 metros para el desmarque de Álvarez, que no estuvo lúcido ante la salida de Rey. Se trabó y enredó con la pelota, lo que le permitió al arquero neutraliza el avance.
River saca provecho de la profundidad de su plantel, con mucha riqueza en el sector de la creación. De la Cruz, que casi nunca desentona por su compromiso para jugar y luchar, es reemplazado por el colombiano Juanfer Quintero. Más piernas frescas para la elaboración de River.
Fiel a su filosofía de no dormir los partidos, aun cuando lleve una ventaja en el marcador, River monopoliza la pelota y juega en campo adversario. El partido pasa a ser tranquilo para el equipo de Gallardo. Barco sigue siendo el mejor, le da lo que el entrenador esperaba de él con su llegada: desequilibrio en el uno contra uno, gambeta y aceleración. Leo Morales lo tuvo que parar con un foul que le valió una tarjeta amarilla.
Molesto en algunos momentos del primer tiempo con los fallos del árbitro Mastrángelo, Pipo Gorosito busca reacomodar su equipo para el segundo con un cambio en la defensa (Guillermo Enrique por Gerometta) y otro en la línea media (Nery Leyes por Cecchini).
Sin influencia de su jugador más veloz e incisivo, el colombiano Carbonero, Gimnasia apostó al juego aéreo. También con la pelota detenida, que River defiende tirando la línea del off-side un par de metros afuera del área grande. Igual, Fratta conectó un cabezazo que se fue por encima del travesaño.
River hizo un buen negocio desde el resultado. Por el desarrollo, no parecía tan factible que pudiera sacar una diferencia de dos goles, más allá de que cuenta con individualidades que pueden cambiar el curso de un partido en cualquier momento. Buen primer tiempo de Barco y Milton Casco, que llegó a los 183 cotejos de titular en la era Gallardo y superó el récord de 182 que tenía Leonardo Ponzio.
River aprovechó mucho más el sector izquierdo durante todo el primer tiempo. De la Cruz asistió la diagonal de Barco a espaldas del lateral y el zaguero central derecho. El jugador que proviene de la MLS de los Estados Unidos controló ante la salida de Rey, que le cometió un foul al no poder cerrarle el camino. Penal. Esta vez de la ejecución se encargó Julián Álvarez. Bajo y a la izquierda fue el remate del futuro refuerzo de Manchester City, que llegó a los 41 goles y alcanzó a Lucas Alario en el segundo puesto de los goleadores del ciclo de Marcelo Gallardo. Primero está Rafael Santos Borré, con 55.
El gol espabiló un poco a River, que amenazó con un juego más ágil y profundo. La sensación no se tradujo en llegadas claras. Gimnasia pareció un poco afectado por la desventaja. Estaba anulando bien los intentos locales y el descuido de la mano de Muro le arruinó el plan.
Estaba nublado River, no encontraba los caminos ofensivos. Un penal le allanó la búsqueda del gol. No necesitó de una jugada elaborada. De un pelotazo largo y cruzado de Paulo Díaz, el rechazo de un jugador de Gimnasia le cayó a Barco, que al intentar por arriba se encuentra con el brazo de Muro interceptando la pelota. Penal. Lo ejecutó Enzo Fernández con un derechazo alto y fuerte. Tercer gol en 31 partidos para el polivalente jugador de River: 1-0 en el Monumental.
El juego de River es espeso, poco claro, y Gallardo pide más inteligencia y velocidad en la charla con Matías Biscay, su ayudante de campo. El Muñeco hace gestos de disconformidad con el rendimiento de su equipo.
De la Cruz se redime del error de hace un par de minutos y recupera una pelota en campo rival. Barco cruza el frente de ataque y cede a Simón, que le tira una pared larga al ex-Independiente. El arquero Rey llega primero a la pelota. Sigue el 0-0 en el Monumental.
De la Cruz se equivoca en un pase en campo propio. Intercepta Muro, que rápidamente avanza y pone en el centro para Tarragona, que cabeceó desviado. Estuvo cerca el Lobo, que no pierde el orden y amenaza de contraataque.
Bien escalonado en su campo, el Lobo le niega espacios de maniobra a River, que insiste más por la izquierda, con las subidas de Casco y la asociación con De la Cruz y Barco, que es el que más acompaña a Álvarez.
Gimnasia construyó un buen avance por la derecha, a partir del juvenil Muro. El desborde y centro fue conectado de cabeza por Tarragona. River contestó con un remate de Barco desde fuera del área que controló Rey sin problemas.
La lucha se plantea en el medio, donde River concentra piezas para el juego asociado y la descarga profunda. Con Enzo Fernández, Simón, De la Cruz y Barco se asegura una importante cuota de posesión, con Julián Álvarez en el ataque. Gimnasia también le opone una línea media numerosa para no verse en inferioridad, con Tarragona como único delantero.
✅ ¡Así forma el Millonario frente a Gimnasia! 💪#VamosRiver ⚪️🔴⚪️ pic.twitter.com/hGzb2rePkg
— River Plate (@RiverPlate) March 13, 2022
🐺 ¡Así forma el LOBO vs @RiverPlate!#AguanteGimnasia 🇫🇮 pic.twitter.com/SiAeT63nJh
— Club de Gimnasia y Esgrima La Plata (@gimnasiaoficial) March 13, 2022
Recuperado de la distensión muscular en la pierna derecha sufrida ante Racing, esta noche vuelve a la titularidad Enzo Pérez, en cuya ausencia fue reemplazado por Bruno Zuculini.
Como local, River no pierde ante Gimnasia desde el Apertura 2005. En los últimos 17 años hubo seis victorias y tres empates de los millonarios. El último éxito del Lobo de visitante fue por 3 a 1, con dos goles de Gonzalo Vargas y uno de Lucas Lobos.
Antes del comienzo del partido, el presidente de River, Jorge Brito, le entregó una plaqueta a Germán Lux, que se retiró del fútbol a los 39 años, luego de cumplir dos etapas, la primera y la última de su carrera, en los millonarios.




