Román Martínez: su pasión por Morón, sus ídolos, la música en el vestuario y el equipo que elige en la Play

A los 33 años, la vida parece sonreírle a Román Martínez . Mientras demuestra que está más vigente que nunca y que aprendió a entender más el juego con el tiempo, dentro del club emerge como una figura importante para el plantel. Sin tener títulos en su carrera hasta conseguir tres en el último año con Lanús , el futbolista sabe que las balas comienzan a agotarse y ya piensa en el futuro. Por eso, sueña con poder terminar su carrera en Morón, el club que lo vio nacer y del cual es hincha: tiene tatuado la fecha de fundación, la fecha de su debut, un dibujo del Gallito y el escudo.

Pero también va más allá: ya hizo el curso de DT y piensa seguir ligado al fútbol cuando deje de calzarse los botines. En una entrevista con LA NACION, el volante del Granate cuenta su lado más íntimo y habla de sus deseos para lo que viene, sus ídolos, la intimidad del vestuario y sus gustos musicales y deportivos.

-¿Querés retirarte en Morón?

-Es mi idea, es algo que anhelo. Mi hermano ahora está jugando en la Primera B y ojalá nos ayude para ascender y disfrutar todos juntos en junio.

-¿Te quedan cuentas pendientes?

-El sueño que yo no pude cumplir es jugar en la selección, que hoy lo veo muy remoto. En su momento no me dejaba dormir, hoy ya no. Estuve cerca, me lo dijo Cagna, y pasé tres días sin pegar un ojo. No me entraba la emoción y la alegría en el cuerpo. Hoy más allá de todo, lo veo muy lejano.

-¿Vas a ser DT?

-Yo ya hice el curso. Pero quiero empezar como ayudante de campo así no me putean, ja (risas).

-¿Qué haces en tu tiempo libre?

-Miro fútbol, estoy con mi hijo Mirko de 2 años, me junto con mis amigos. Antes miraba mucho más fútbol, hoy quizás la tele no la prendo y me ocupo de mi hijo.

-¿Te gustaría que juegue?

-Es un mundo muy difícil, de 100 chicos queda uno. Lo más fácil es llegar y lo más difícil es mantenerse. Hay que pasar muchas barreras. Yo si él lo quiere hacer, lo voy a acompañar. Mi hermano juega en el ascenso, fue muy duro para él. Mi viejo es futbolero, pero nunca me obligó, siempre nos apoyó en todo.

-¿Qué música te gusta escuchar?

-Escucho un poco de todo, no tengo algo específico. En una fiesta, prefiero el cachengue, la electrónica no me va. Pero también sumo algo de rock, fui a ver a La Beriso y estuve con ellos, también puedo poner Callejeros un poco. Conozco algunas canciones, pero acá se escucha lo que suena en el vestuario, mucha cumbia y reggaetón. Pero ojo que a veces meto un poco de Reik, Sin Bandera… me pinta la melancolía, ja. Y a Abel Pintos lo tengo allá arriba.

¿Quién era tu ídolo de chico y a quién admirás de grande?

-Yo miraba a Fernando Redondo y ahora a Andrés Iniesta.

-¿Sos de mirar a Barcelona?

-Barcelona me encanta, es el mejor equipo, por escándalo, no hay ninguno así. Cada uno tiene su táctica, tal vez Real Madrid está puntero, pero yo me identifico con cómo juega el Barca, a mí me encantaría que mis equipos jugaran así. Hasta en la play lo elijo, ja (risas).