San Lorenzo y San Martín mostraron más de lo mismo en la noche tucumana

Una temporada para el olvido en la Superliga. Con objetivos opuestos, ninguno pudo cumplir con sus finalidades: San Lorenzo, pelear arriba, y San Martín de Tucumán, salvarse del descenso. Lejos quedaron. Lo que exhibieron en La Ciudadela dejó sabor a poco: un 0-0 parejo y aburrido. Así, ambos buscarán archivar rápidamente el torneo que terminaron anoche.

San Lorenzo tiene los cañones apuntados al compromiso del próximo martes frente a Melgar por la Copa Libertadores. Difícil de imaginar un puñado de semanas atrás, el equipo podría encaminar la clasificación de vencer a los peruanos. Así, llegaba a Tucumán con la misión de sumar para no terminar último en el torneo local por primera vez en la historia. Ahora, claro, quedará un paréntesis abierto: todo dependerá de lo que suceda con la apelación por la sanción de seis puntos -debido a irregularidades en sus declaraciones juradas-, ya que la quita no se computará hasta que haya una resolución.

San Lorenzo finalizó su camino en un torneo que resultó un suplicio. Y anoche, el equipo de Jorge Almirón dio otra muestra de su presente irregular y ofreció una floja producción. Por otra parte, San Martín, ya descendido desde hace un par de jornadas, se marchó de la máxima división con mucha dignidad. Es cierto, resultó un año sin brillo, pero que no borrará los aceptables desafíos que tuvo en primera. Se fue con la frente alta. Con la convicción de haber ofrecido el corazón.

Con pocas llegadas y un cruce friccionado, el equipo tucumano se acomodó mejor en los primeros minutos. Sin embargo, la primera parte se consumió en un desarrollo aburrido, entre un San Lorenzo lento, predecible e impreciso, y un San Martín que trató la pelota con más prolijidad, pero que nunca lastimó con su ataque. Algo que también sufrió Boedo con la falta de pimienta en ofensiva, uno de los puntos más negativos que exhibió en este torneo. Apenas Nahuel Barrios inquietó a la defensa de los tucumanos, con una velocidad distinta a la mostrada por sus compañeros Gustavo Torres y Andrés Rentería. Maniatados, lentos e imprecisos, los colombianos todavía padecen su andar por las canchas argentinas. Así, tan solo un remate desviado de Gerónimo Poblete inquietó al arquero Pedro Fernández. El equipo estuvo sumergido en un torbellino de pelotas sin destino. De cinco disparos al arco del Ciclón en esos primeros 45 minutos, ninguno fue al arco.

Perrito Barrios, el más desequilibrante con cambio de ritmo y gambeta, tuvo que marcharse rápido en el segundo tiempo por una molestia muscular, pero antes generó una jugada que Rentería -partícipe de varias acciones erráticas- no pudo definir ante el arquero Fernández. San Lorenzo no se ofrecía sólido en sus movimientos de conjunto cuando debía lastimar. En ese contexto, llamó la atención que Almirón no le haya brindado más minutos a los juveniles Adolfo Gaich y Manuel Insaurralde, integrantes del Sub 20 argentino. Tal vez era el partido ideal para verlos en acción.

Así se fue el epílogo. Con los dos equipos conformes con el 0 a 0. San Martín lo aceptó con hidalguía. San Lorenzo con la cabeza puesta en Melgar. Con distintos caminos, para ambos empieza el momento de la reconstrucción. Tiene que haber vida después de un año demasiado chato.