Siete momentos de un 7 inolvidable: los instantes mágicos de Rodrigo Mora en River

Que Rodrigo Mora haya anotado el primer gol de River en la Copa Libertadores más importante de su historia parece estar lejos de ser una casualidad. Huele a guiño cómplice del destino. A reivindicación histórica. A premio al esfuerzo. El festejo frente a Flamengo en Brasil es una postal más para la memoria llena de recuerdos gloriosos con 184 partidos, 41 goles y nueve títulos. Porque, aunque la camiseta número 7 no la llevará más el delantero charrúa, sus festejos y sus sonrisas ya están para siempre acobijados en el corazón del hincha.

Alguna vez Carlos Tevez lo insultó por un festejo a Boca en el verano. Pero Mora tenía la metralleta cargada hace rato. Su clásica celebración se volvió el ícono de un guerrero que conquistó a todo River, club del que se enamoró y por el que peleó hasta el final. Aunque el cuerpo y la mente le dijeron basta a los 31 años.

Tras la operación en junio de 2017 (forage de la cadera derecha por la necrosis aséptica en la cabeza del fémur, producto de un infarto en el hueso por falta de flujo de sangre), el uruguayo regresó a las canchas en enero de 2018 y completó 28 partidos en el año con cuatro goles. Pero los dolores y problemas físicos que empezaron a fines de noviembre –sinovitis en la cadera derecha– lo marginaron del tramo final y hoy lo obligan a decir adiós. Aquí, siete momentos del siete que River nunca olvidará.

1) Su primer gol: ante Newell’s en el Monumental

El domingo 9 de septiembre de 2012 es una de las fechas más especiales para Mora. Tras debutar siete días atrás, ante Colón en Santa Fe (reemplazó a Sánchez a falta de 20 minutos), el DT Matías Almeyda lo eligió para ser titular en el empate 3-3 ante Newell’s en el Monumental por la sexta fecha del Torneo Inicial. Y el charrúa respondió con un gol: a los 22 minutos, bajó una pelota con el pecho, la aguantó en la banda derecha, se sacó de encima la marca de Pablo Pérez y envío un centro que terminó venciendo a Nahuel Guzmán. Dedo a la boca para festejar, abrazos con Mercado y Vangioni y delirio en Núñez. La historia ya prometía.

2) El primer festejo frente a Boca: único oficial de los 5 que logró

Aquel Torneo Inicial 2012 marcó la pauta de lo que sería una costumbre para el delantero nacido en Rivera: le convirtió a Boca en el 2-2 de la duodécima fecha, el primer superclásico tras el regreso de River a primera. A los 25 minutos de la segunda parte, una asistencia de Sánchez le permitió a Mora eludir a Orion y marcar el 2-0. Fue su único festejo oficial ante el Xeneize pero luego convirtió en tres amistosos: en 2013 marcó un doblete en Mar del Plata (2-0) y festejó en Córdoba (2-1); además, marcó de penal en 2016 en Mendoza (1-0).

3) Cabezazo y desahogo: vital frente a Estudiantes en la Sudamericana 2014

La Copa Sudamericana 2014 fue el primer título de Mora en River: el uruguayo estuvo en los nueve que consiguió Gallardo como DT. En aquella temporada, integró la delantera junto a Teo Gutiérrez y fue un pilar fundamental de la primera conquista (jugó ocho partidos de titular y marcó cuatro goles). Su aparición más destacada se dio en los cuartos de final con Estudiantes: anotó en el triunfo 2-1 en La Plata y convirtió, a media hora del final y con un gran cabezazo en un córner de Pisculichi, el 2-2 transitorio del 3-2 en el Monumental (con el 1-2 había penales). Aquella serie fue la previa del histórico triunfo ante Boca en semifinales y la conquista frente a Atlético Nacional.

4) El gol agónico a Tigres y el lujo ante Guaraní: clave para ganar la Libertadores 2015

Mora jugó 13 partidos de los 14 de la Copa Libertadores 2015, pero se perdió la final frente a Tigres en el Monumental por un desgarro en el isquiotibial derecho. A pesar de eso, su estampa ya estaba impregnada: el uruguayo volvió a ser fundamental. De sus cuatro goles, tres fueron en la fase de grupos y todos fueron importantes. El primero fue el agónico bombazo ante Tigres en México a un minuto del final para empatar 2-2 y mantener viva la ilusión de clasificar; los dos siguientes fueron en el Monumental ante San José de Oruro para ganar 3-0, acceder a octavos de final para enfrentar a Boca; y el último fue en semifinales ante Guaraní de Paraguay, en Núñez, con una gran vaselina para el 2-0 que enfiló el rumbo a la final.

5) Volver a sonreír: la emoción de todo el Monumental al convertir tras la lesión

Durante 2016 y 2017, las consolidaciones de Alario y Driussi relegaron a Mora, pero todo empeoró luego de ingresar en el triunfo 3-1 ante Boca del 14 de mayo de 2017 en la jornada 24 del torneo local. Tras aquel partido, apareció la sinovitis en la cadera derecha, en junio fue operado y debió esperar hasta el 28 de enero para volver a jugar: ingresó por Enzo Pérez a falta de 12 minutos ante Huracán por la fecha 13 de la Superliga. Pero la emoción más grande la vivió el 18 de febrero en la jornada 16 ante Godoy Cruz: fue titular en el 2-2 y anotó a los 38 minutos, de zurda y asistido de taco por Pratto, su primer gol tras regresar. Se besó el escudo, saludó, miró al cielo, revoleó sus brazos y el Monumental lo ovacionó.

6) El gol a Flamengo, su aporte en la Libertadores 2018

Mora es uno de los cinco jinetes que repitieron la conquista de la Copa Libertadores con Gallardo (Ponzio, Maidana, Pity Martínez y Mayada, los otros). Aunque jugó solo 242 minutos (tres partidos como titular y tres desde el banco) luego de que su nivel decayera en el segundo semestre, volvió a ser importante con su único gol. En el debut del 28 de febrero ante Flamengo en Brasil, anotó el 1-1 parcial del 2-2 final con un cabezazo en un tiro libre que ejecutó De La Cruz a los 10 minutos del complemento. Conexión uruguaya.

7) Su última sonrisa: doblete a San Martín de San Juan

Sin poder despedirse dentro del terreno como hubiera imaginado, los últimos festejos de Mora se dieron en el Monumental. Vistiendo la camiseta violeta, el 15 de septiembre, por la quinta fecha de la Superliga, marcó su noveno doblete con la camiseta millonaria en el 4-1 a San Martín de San Juan: a los 22 minutos del primer tiempo y a los cuatro del segundo hizo aparecer por última vez a la metralleta. Esa que River siempre recordará con una sonrisa.