El martes, Talleres de Córdoba detalló a través de un comunicado de qué manera prosperaron las negociaciones con Boca ; de esa manera, hizo casi oficial la llegada de un nuevo refuerzo para Guillermo Barros Schelotto : Emanuel Reynoso . Podría ser un tapado por lo inesperada y rápida que fue su llegada (en dos días se concretó toda la operación), pero lo cierto es que el xeneize lo buscaba desde hacía tiempo. Puntualmente, desde una noche en la que el propio cordobés amargó a la Bombonera.
El 19 de marzo del 2017 su vida cambió. Convertirle un gol a Boca significa muchas cosas y él lo consiguió. Aunque no fue un tanto más: fue su primer grito en Primera, que también sirvió para vencer y arrebatarle un invicto de 14 encuentros domésticos al por entonces puntero del campeonato, que todavía sigue siéndolo. Es decir, fue muy especial. Porque permitió, además, que tanto el club de la Ribera como River posaran sus ojos en él luego de una magnífica presentación.
La dirigencia comandada por Daniel Angelici jamás desvió el interés y, tras un intento frustrado a comienzos del actual mes por la elevada cotización que le puso el club cordobés, encontró la manera de quedarse con la mitad del pase: entrega 1.500.000 dólares, el préstamo de Alexis Messidoro y parte de los pases de Andrés Cubas, Juan Cruz Komar (del cual Talleres ya tenía el 50%) y Alejandro Maciel (que estuvo el último año a préstamo), además de resignar la deuda de 1.200.000 dólares que los cordobeses mantenían por el pase de Sebastián Palacios.
Quienes lo conocen sostienen que este gran paso en su carrera le hará muy bien. Para su crecimiento futbolístico, pero sobre todo para personalidad. Arrastra una dura historia familiar: la pobreza siempre se enseñoreó en su hogar. Se las arregló por las buenas: junto a Mary, su madre, amasaban y cocinaban los panes que él mismo vendía para poder ir a los entrenamientos. El problema fue que tres de sus siete hermanos, a quienes no deja de ayudar, tomaron el camino de la delincuencia y acabaron en la cárcel.
No creció en el entorno ideal. Él no se queja: de hecho, asegura que, cuando pueda, se hará su propia casa allí, en el Barrio Chino, donde pasó todos estos años de su vida. Sin embargo, esa pertenencia también lo afecta. Desde mayo arrastra una causa judicial producto de un tiroteo en el barrio Ituzaingó de Córdoba: quedó imputado como “partícipe necesario”.
Sentí más miedo por no volver a jugar al fútbol que de morir
Su carrera bien pudo haberse terminado en el 2014 y no por culpa de ese contexto en el que vive. A Bebelo le dispararon en la rodilla de su pierna izquierda, cuando dos delincuentes quisieron robarle su moto mientras iba a visitar a un amigo y se resistió: “Me senté y me puse a pensar en mi futuro y el de mi familia. Sentí más miedo por no volver a jugar al fútbol que de morir”, confesó el día del gol a Boca. Desde ahí, sólo fueron buenas: debutó profesionalmente, ascendió a la B Nacional y, sin escalas, a la Primera División y ahora llega a uno de los clubes grandes del país. El enganche de 22 años se hizo un nombre en el fútbol argentino.
El último Boca-Talleres en la Bombonera
Ahora, en Boca, un pase que influye enormemente en lo futbolístico y económico, va en busca de sus sueños. La ilusión vinculada con la pelota no es otra que la de vestir la camiseta de la Selección Argentina, aunque sin dudas impacta mucho más el anhelo familiar: en una entrevista reciente contó que nunca tuvo la posibilidad de brindar en una Navidad con su familia completa. Con sus hermanos en libertad.
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