

Encontrá resultados de fútbol en vivo, los próximos partidos, las tablas de posiciones, y todas las estadísticas de los principales torneos del mundo.
El periodista Juan José Lujambio, conocido como el "maestro" en el ambiente deportivo, falleció hoy a los 69 años, tras padecer una enfermedad que lo fue deteriorando en los últimos tiempos, pese a lo cual prosiguió trabajando frente al micrófono de Radio Mitre.
Gran memorioso y trabajador, Lujambio cumplió su labor durante 50 años participando en numerosas organizaciones junto a renombradas figuras como José María Muñoz, Antonio Carrizo, Alfredo Curcu, "Fioravanti", Bernandino Veiga, Ricardo Arias, Fernando Niembro y Victor Hugo Morales.
Su especialidad fue la estadística que servía para completar los relatos deportivos, no sólo de fútbol, ayudado por una voz cordial y clara que apoyaba la recepción de sus importantes aportes.
Además de trabajar en diversas radios, Lujambio realizó numerosas colaboraciones para medios escritos de varios países extranjeros, donde también se le reconoció su capacidad y calidad de información.
Gran amante del fútbol, Lujambio pasó casi toda su vida dentro de los estudios radiales y sólo tuvo la satisfacción de presenciar los campeonatos mundiales de los años 1962 en Chile y 1974 en Alemania.
Juan José Lujambio había nacido en Marcos Paz, provincia de Buenos Aires, y fue distinguido en varias oportunidades por distintas organizaciones que reconocieron su gran aporte al periodismo deportivo.
<b> Distinciones </b>
-¿Cuándo se produce su ingreso en la radio?
- Casi por mi curiosidad y admiración hacia los deportes. Fue en 1957, cuando acompañé a mi madre, que debía operarse en el hospital Rivadavia, y me acerqué al edificio donde funcionaban tres radios, Rivadavia, Argentina y Del Pueblo (en Santa Fe 2043). Yo buscaba autógrafos de esos grandes del relato deportivo y los esperaba a la salida. Después me corría hasta Arenales 1925, desde donde trasmitían Radio Mitre y Antártida, y me llevaba feliz la firma de Luis Elías Sojit, Rodríguez Armesto, el padre de Zavatarelli, Alfredo Arostegui (el relator olímpico), Lalo Pelliciari. Precisamente en una de mis recorridas es que me encontré con ese grupo de notables comentaristas que eran Alfredo Curcu, Héctor Rombys, Víctor Francis y Julio Lorusso y les pedí una oportunidad de trabajo. La primera posibilidad se dio en el programa "Aquí Tigre", en Radio del Pueblo. Y allí, pasé varios años junto a Alfredo Curcu siguiendo la campaña de Boca. Luego seguí con Bernardino Veiga, Ricardo Arias y Cherquis Bialo. Hacía un recorrido por las canchas, recogía información y datos, y elaboraba las estadísticas. Comenzaba a mediodía y terminaba alrededor de las 20. En 1960, por sugerencia de Rombys, comencé a realizar el trabajo de reseñar y dar ese tipo de informaciones que yo registraba, desde los estudios centrales.
-Y luego se inserta en el equipo de Fioravanti
-En 1965, Amleto Madaleno, un hombre destacado del grupo de Fioravanti, me acercó la propuesta de integrar su equipo. Y así fue que comencé a estar junto a ese hombre que era un dandy, un caballero. Le decían "La voz de platino" y allí se acuñó la famosa frase "Atento Fioravanti". Fue una experiencia más que enriquecedora y era en Radio El Mundo, que trasmitía por cadena nacional y se escuchaba en todo el país. A partir de 1968, ingreso en la "catedral", Radio Rivadavia, para desempeñarme junto a otro monstruo: José María Muñoz, un hombre con una capacidad de trabajo impresionante, de 12 a 13 horas diarias. Allí no sólo integraba el staff de "La oral deportiva", sino que también participé activamente en "El Fontana Show", junto a Fontana, Rina Morán y Beba Vignola, y en "La vida y el canto", con Antonio Carrizo. Eran dos ciclos emblemáticos en años en que Rivadavia tenía una fuerza y una audiencia tremenda. En 1971, aparecí en un semanario, como la voz más conocida de la radio, junto a figuras internacionales. Recuerdo que Muñoz se enojaba porque yo daba primicias en otros programas, pero yo pienso que la información hay que brindarla en el momento en que surge.
* Fragmento de la nota publicada por LA NACION en 2004

