Newman se impulsó a un sitial de privilegio

¿Cómo sobresalir y darle brillo a su actuación dentro de un partido tan opaco? ¿Cómo llevar las riendas de un desarrollo parejo y equilibrado hasta reposar en dos de sus 15 hombres para encarrilar a su equipo a un resonante triunfo? ¿Cómo ganarle por tercera vez seguida al SIC y escalar a la segunda posición de la tabla? La respuesta es este Newman ordenado, prolijo, compacto y eficaz, que se propuso dar un salto de calidad, desterrar la fea derrota con Hindú de tres semanas atrás (3-26) y hacer uso de su peso específico, individual (que le sobra) y colectivo (que lo tiene): victoria 29-9 en Boulogne (la mayor diferencia de la fecha) para quedar a tiro del líder La Plata, al que aún no enfrentó.

No admite objeciones de ninguna naturaleza el sólido éxito del Bordó. Ablande y desgaste, propio y del rival, en el primer tiempo. Resolución y contundencia en el segundo. Un audaz y ambicioso plan en rodeo ajeno que no sufrió alteraciones, aunque dependió de la máxima inspiración de Agustín Gosio (dos tries) y de Gonzalo Gutiérrez Taboada (19 puntos) para llevarse a cabo sin fisuras. Cinco minutos de ensueño para salir del abúlico intercambio de penales entre uno y otro, y el supremo provecho de cada error contrario para coronarlo con el bonus en la última jugada. Demasiada (e inusitada) simplicidad.

"Estábamos siendo demasiado irregulares. Nos debíamos esto", analizó, escueto, el Canario Gosio, quien llegó a las 15 conquistas en la temporada . En el par de ayer exhibió sus mejores cualidades. La primera -a simple vista no pareció; fue convalidada asistencia de video mediante-, ganándole en la carrera al wing rival Lucas Bustos, que no se entregó fácil al desafío de correrlo y tacklearlo, y la restante, sin dudas allí sí, con una penetración en velocidad que sólo se detuvo debajo de los palos. Con media hora por delante, no hubo más partido.

¿El SIC? En plena metamorfosis, su corolario inclinó la balanza hacia el lado de las derrotas (cuatro) y a un marcado llamado de atención. Batalló todo lo que pudo. No le alcanzó. Sí a Newman, llevado por su impulso a una ubicación de sumo privilegio.