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El corpulento tiene ascendencia vasca e italiana, pero le dicen “Ruso ”. El flaco se llama “Alberto”, pero lo apodan “Pepe ”. Ambos Heguy son hermanos. Uno tiene 51 años; el otro, 50. Y los dos están en actividad en el más alto nivel del mundo en su deporte.
Por eso el club más tradicional, Hurlingham, de una disciplina muy tradicional, el polo, los homenajeó en su cancha central, que lleva el nombre de Lewis Lacey, el segundo 10 goles de handicap de la historia. Todo es clásico en el club de origen inglés, y Eduardo y Alberto, Ruso y Pepe, son clásicos del polo: llevan 32 años protagonizando la Triple Corona, de la cual el Abierto de Hurlingham es la segunda joya.
El torneo empezó ayer en cuatro sedes, y antes del encuentro que se desarrolló en la cancha 1, el back y el delantero recibieron una placa por parte de Hurlingham, que hace de la tradición un culto –fue fundado en 1888– y desde hace algunos años distingue a quienes hicieron grandes cosas en su gran torneo anual y en el polo en general.
Jugadores de Alegría, el adversario de turno, y sus compañeros en Chapaleufú, más directivos y jueces, se reunieron en el centro del campo y todos los honraron con una placa de agradecimiento por lo hecho a lo largo de tantos años. “Habíamos ganado antes de empezar el partido. Darnos el lujo de jugar en este club, con la tradición que tiene, en esta cancha y contra estos jugadores, para Pepe y para mí ya era una victoria”, describió Eduardo. “Jugamos tantos partidos buenos acá que siempre es divertido volver”, agregó Alberto, antes del 15-9 favorable a Alegría.
Si bien Ruso debutó en este abierto en 1984, recién al año siguiente lo hizo como titular. En 1985 se sumó Pepe, y entonces ambos, junto a su padre, Alberto Pedro, y Daniel González levantaron la copa. Curiosamente, las dos veces que los hermanos ganaron este campeonato fue junto a su padre; la segunda, en 1987, vio campeón a Celestino Garrós en lugar de González. De modo que en el homenaje no podía faltar Alberto Pedro . “Estoy muy contento de que hayan reconocido su carrera deportiva, su entusiasmo. Empezaron tan chiquilines... Yo ya era medio viejo cuando ellos arrancaban. Yo venía declinando y ellos brillaron. Creo que, en la cúspide, ellos fueron superiores a mí”, comenta orgulloso el 14 veces campeón del Argentino Abierto. Alberto Pedro, ya distinguido por Hurlingham hace un par de temporadas, se retiró del alto handicap en 1991, con 50 años; Ruso tenía 23, y Pepe, 22, y ya habían jugado a su lado siete temporadas.

Dicen que la mejor forma de respetar a un rival es dar el máximo y eso hizo Alegría. El conjunto del canadiense Frederick Mannix es el tercer equipo, detrás de La Dolfina y Ellerstina, y se presentaba como claro favorito. Si bien tomó la delantera ya a los 10 segundos del partido y el primer gol de Chapaleufú llegó recién a los dos minutos del tercer chukker, cuando el tanteador estaba 7-0, el equipo de los Heguy mejoró con el correr de los chukkers y llegó a ponerse a apenas tres goles durante varios pasajes. Terminó seis abajo, una cifra bastante lógica habiendo cinco tantos de diferencia de hándicaps.
“Es increíble la campaña que han hecho. Cuando recordaban que habían ganando en el ’85, el año en el que nací, no me quedó más que felicitarlos”, apuntó Guillermo Caset, el 1 de Alegría, acerca de la admiración por los hermanos. Sapo terminó como máximo goleador, con siete tantos, y detrás de su contundencia hubo un motivo especial: el Argentina 0vs. Perú 0 de La Bombonera. “Fui a la cancha con el Ruso y le dije que al primer gol que marcara iba a hacerlo con unas ganas tremendas, por todas las que me quedaron. Me contestó que, si lo hacía, me enroscaría el taco en la cabeza. Por suerte no lo hizo...”, añadió entre risas el delantero.
Ya pasaron 59 años desde que Antonio Heguy se coronó juntó a su hijo Horacio en el Argentino Abierto de 1958, y el apellido vascofrancés sigue apareciendo cada año en los grandes torneos. “Esto es un lujo, es espectacular. Es una historia de vida, una pasión familiar. Que estén Nachi y Bautista como suplentes, con mi padre mirando, y yo jugando con mi hermano desde hace más de 30 años... ¿Qué más se puede pedirle a la vida?”, cerró Eduardo, al que la derrota de ocasión no le quitó razones para ser feliz.
En el Abierto de Hurlingham participan diez equipos, una cantidad que en la Triple Corona no se daba desde el Argentino Abierto de 1968. En la primera jornada hubo otros tres encuentros, todos en diferentes clubes, para preservar las canchas en medio de tantas lluvias.
Por la zona A, La Aguada-Las Monjitas superó La Esquina-Los Machitos por 12-7 en el club Jockey, en San Isidro, y Cría Yatay le ganó a La Dolfina PR por 11-10 en La Ensenada, de Luján. Por el grupo B, el mismo de Alegría y Chapaleufú, La Irenita precisó del tiempo suplementario para doblegar a La Albertina por 10-9, con un penal del lugar de Matías Mac Donough.
A continuación, las respectivas síntesis:



