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El proceso de adecuación al rugby vernáculo que está llevando a cabo la Unión Argentina de Rugby (UAR) tiene una etapa especial en el intento de jerarquizar el Torneo Nacional de Clubes, un eslabón que le estaba faltando fortalecer en la competencia interna.
Luego de 15 años en que el certamen quedó reducido a una expresión mínima, a partir del próximo sábado 15 comenzará a jugarse con los 16 mejores clubes del país. Todos prometieron utilizar en el torneo el máximo de su potencial. Como contrapartida, esto generará una temporada más extensa y desgastante, especialmente para los clubes de la URBA, cuyo certamen requiere una exigencia mayor por la paridad de los equipos.
Para la UAR se trata de una apuesta importante, y para ello destinará importantes recursos. "Alojamiento, comida y traslado está todo a cargo de la UAR", dijo Carlos Araujo, vicepresidente segundo y presidente de la Comisión de Competencia y Desarrollo, aunque aclaró: "No se intenta suplantar a los torneos regionales, sino complementarlos. La vocación es armar un torneo de clubes que tuviera extensión suficiente en cantidad de fechas, pero que no interviniera con los torneos locales. No es diferente al rugby amateur de los clubes, aunque sí estamos destinando recursos para que sea un suceso."
La consecuencia será un certamen en el que los mejores del país se concentrarán en un certamen de alto nivel de exigencia de principio a fin, lo que redundará en un mejoramiento del nivel de juego. Los 16 equipos se dividirán en cuatro grupos de cuatro y jugarán en partidos de ida y vuelta. Sólo el primero se clasificará para las semifinales. Ése es el único punto flojo del formato, ya que podría generar el desinterés temprano de un equipo que quedara sin posibilidades de clasificarse. "Hubiéramos querido contar con una fecha más y que se clasificaran dos por grupo", reconoció Araujo. De esa manera se hubiera extendido la eliminación directa a cuartos de final, pero acordar el calendario con la URBA no fue posible.
Igualmente, esto significa un crecimiento notable respecto del formato que se presentó en los últimos años, en los que se disputaba directamente desde cuartos de final, cuando no desde semifinales. En 2000, 2012 y 2013, directamente no se jugó.
Otro progreso tiene que ver con la fecha de realización. Se jugará al inicio de la temporada, cuando antes se disputaba al final. Así, los equipos de la URBA solían llegar desgastados y hasta desmotivados. La contrapartida de esta modificación será que prolongará la temporada rugbística. En un contexto amateur, donde el 90% de los jugadores estudia y
o trabaja además de jugar, 30 partidos de máxima exigencia en un año es una cifra excesiva.
"Lo ideal quizá sería que los que juegan el Nacional de Clubes se clasifiquen directo al Top 14", opinó Agustín Gosio, uno de los referentes de Newman, club que, como todos los de la URBA, apostará fuerte por este torneo.
"Es difícil competir en el torneo de la URBA, es el más importante, pero éste no es para nada menor. Con el tiempo va a tener más categoría", agregó Lucas Piña, capitán del CUBA campeón 2013. "Me encanta la doble competencia, pero así como está me parece largo. Habría que pensar otro formato sin quitarle protagonismo a la URBA."
La conclusión de Benjamín Madero, uno de los líderes del SIC, resume el sentir de todos: "Está buenísimo volver a jugar contra equipos que no lo hacés habitualmente, viajar por todo el país, experimentar otro rugby. No sé cómo tendría que jugarse, lo importante es que se juegue".

