La última chance de ganarse un lugar en el Mundial

Antes del partido en Durban, Daniel Hourcade afirmó que tenía sólo dos dudas en el armado del plantel de 31 jugadores que irá al Mundial. El plan, afirmó, era que hoy saliera a la cancha un equipo lo más cercano posible al que se enfrentará a Nueva Zelanda en Wembley, el 20 del mes próximo en el estreno mundialista. Pero el triunfo del sábado pasado, el primero en la historia ante los Springboks, con una actuación de antología, obligó a replantear todo. Al entrenador le reflotaron las dudas. Cambió su discurso y, más importante, cambió su estrategia de cara al partido.

A las 16.40, los Pumas jugarán ante los Springboks el último partido en nuestro país antes de partir a Inglaterra. Un encuentro lleno de significados, por lo que implica reivindicar el gran paso dado siete días atrás como para terminar de confirmar los 31 convocados.

En la cancha habrá varios jugadores que intentarán impresionar a Hourcade. Tomás Lezana, Benjamín Macome, Matías Moroni y Santiago Cordero serán los principales hombres en observación. En el banco, Matías Alemanno, Juan Pablo Socino y Lucas González Amorosino. Todo dentro del plano de la especulación, ya que las pocas pistas que dio el entrenador luego fueron contradichas por él mismo.

"La diferencia entre el que sea convocado y el que se quede afuera va a ser un detalle", afirmó Hourcade. "Un jugador que entra y juega muy bien te hace replantear las cosas", agregó.

Algo así habrá sucedido el sábado cuando Lezana ingresó y jugó 15 minutos brillantes. El joven santiagueño debutó en noviembre último con un partidazo ante Francia en París (victoria 18-13), pero en el Rugby Championship arrancó de atrás en la consideración y aún no jugó. La tercera línea es el puesto más parejo, con ocho aspirantes. Aunque bien podrían ir los ocho. Benjamín Macome también tendrá su chance, aunque como segunda línea. Su polifuncionalidad le juega a favor, pese a que las lesiones le quitaron continuidad en la temporada en Bayonne y en el Championship sólo jugó 18 minutos ante Nueva Zelanda, también como segunda.

En ese puesto, Manuel Carizza, no convocado para el partido de hoy, parece haber retrocedido en la observación del entrenador pese a las buenas actuaciones ante Nueva Zelanda y Australia, partidos que jugó íntegramente. La gran incógnita, no obstante, es la presencia de Mariano Galarza, que llegaría con lo justo tras recuperarse de una lesión en el hombro.

En la primera línea hay dos dudas. Si Ramiro Herrera, como se intuye, se recupera a tiempo, Juan Pablo Orlandi , llamado de última, quedaría afuera. Igualmente será probado hoy para sumar rodaje con el equipo. El dilema pasa por saber si van dos o tres hookers, y de eso depende la presencia de Santiago Iglesias.

Entre los backs, lo único seguro son los dos medio-scrums. Juan Pablo Socino se sumó en junio como alternativa de apertura o centro, y sus buenas actuaciones podrían desplazar a Santiago González Iglesias o Matías Moroni. Rete, que ya ingresó en los tres partidos desde el banco (51 minutos en total) y jugó muy bien ante Sudáfrica, sobre todo en defensa, es de los contratados que más jugaron en el año (15 partidos), aunque casi siempre como apertura. Tute es de los preferidos de Hourcade y la única alternativa genuina a Bosch como 13 (función que también puede cumplir De la Fuente), aunque sólo actuó ante Australia (y cumplió).

Atrás, todo depende del gusto del entrenador. Santiago Cordero entró por la ventana ante la lesión de Manuel Montero y causó buena impresión. Gonzalo Camacho demostró su valía en 55 minutos ante Australia, pero también evidenció no estar a pleno físicamente y se desgarró, aunque se recuperará a tiempo. Lucas González Amorosino (jugó los tres partidos desde el banco) y hasta Horacio Agulla (160 minutos) están en riesgo de ser desplazados.

"Estoy convencido de que ninguno merece quedarse afuera. Es bueno tener dudas cuando el problema es a quién sacar y no a quién poner", afirmó Hourcade. Cuando mañana a las 11 anuncie los 31, la incógnita se disipará. Habrá festejos, habrá desilusiones. Y como siempre, alguna que otra sorpresa.