A quince años del título que impulsó a Del Potro y que lo hizo sentir un "jugador profesional por primera vez"

La temporada 2005 tuvo un valor extraordinario para el tenista Juan Martín del Potro. Con 17 años, vivía una etapa clave en su carrera: todavía sin las presiones que llegarían pronto, en ese período aún tenía dudas sobre la adaptación de su gran altura al alto rendimiento, acentuó su perfeccionamiento del drive, se dedicó a fortalecer el cuerpo y a profundizar su espíritu competitivo. Ya como profesional, entre 2004 y 2005 ascendió más de 900 puestos en el ranking. Pero puntualmente en esta última temporada, de la que se cumplen quince años, la culminó como el jugador más joven del Top 200 (17 años; 157º de ATP) y ganó su primer Challenger: en Montevideo, sobre el polvo de ladrillo del Carrasco Lawn Tennis Club.

En junio de 2005, el Challenger de Reggio Emilia (Italia), donde perdió en las semifinales con Martín Vassallo Argüello por 3-6, 6-0 y 7-5, actuó como plataforma del tandilense. En julio disputó la final en Campos do Jordão (Brasil) y, en agosto, las semifinales en Belo Horizonte. Hasta que, en noviembre, llegó el primer título en el Challenger Tour, la segunda categoría del tenis profesional. En el Uruguay Open, Del Potro (era 198°) dejó en el camino a Flavio Saretta (Brasil), a Fabio Fognini (Italia), a Santiago Ventura (España) y a su vecino de Tandil, Máximo Gónzalez. La final del torneo la disputó con el serbio Boris Pashanski (112°), a quien derrotó por 6-3, 2-6 y 7-6 (7-3).

"Después de ganar en Uruguay, me sentí como un jugador profesional por primera vez. Empecé a creer en mi juego y le demostró a la gente que trabajaba conmigo lo bueno que podía ser en el futuro. Creo que hice una carrera bastante buena tras ganar este título", comentó, por estas horas, Del Potro en el sitio de la ATP. En aquel certamen de Montevideo, el jugador formado por Marcelo Gómez en el club Independiente de Tandil estuvo acompañado por Ignacio Menchón, por entonces su preparador físico (actualmente es PF de Cristian Garín durante la nueva etapa del chileno con Franco Davin como coach). El Carrasco LTC, uno de los clubes de tenis más destacados de Sudamérica, desde 1998 tuvo campeones como Guillermo Coria (2000), David Nalbandian(2001), Guillermo Cañas (2006), Carlos Berlocq (2011), Horacio Zeballos (2012), Guido Pella (2015 y 2018) y Diego Schwartzman (2016), entre otros.

Si en ese momento Del Potro ya era señalado como la mayor promesa del tenis argentino, aquel triunfo en Uruguay lo encumbró todavía más. "Mi ídolo máximo es Marat Safin. Y de los nuestros, David Nalbandian. Me gustaría algún día poder jugar como ellos. Trato de imitar la facilidad con la que juegan, la concentración que tienen. Cuando están bien de la cabeza, es imposible ganarles", explicó Del Potro el 15 diciembre de 2005, tras ser invitado a participar de la Copa Peugeot, un certamen de exhibición que reunía a los mejores tenistas de la región en el Buenos Aires Lawn Tennis Club.

Quince años después, por aquel éxito en Montevideo Del Potro sigue siendo el campeón más joven de Sudamérica en la historia de los Challengers y el decimocuarto en general. Desde ese momento en el torneo uruguayo, Del Potro no dejó de evolucionar y su paso por el Challenger Tour fue veloz. En abril de 2006 obtuvo, en el polvo de ladrillo de Aguascalientes (México), su segundo trofeo de la categoría. Y, en junio de ese año, sobre la superficie dura de Segovia (España), conquistó su tercer y último trofeo Challenger.

Del Potro, que no compite desde junio de 2019 y trata de rehabilitarse luego de tres cirugías de rodilla derecha, destacó el valor del circuito Challenger: "Es el paso previo al ATP Tour. Son muy importantes para aprender y crecer".

Hoy, a los 32 años, el ex número 3 del mundo repasa con orgullo la construcción de su riquísima carrera pero con la ilusión de volver a competir en 2021, competir en los Juegos Olímpicos de Tokio y cerrar su etapa como tenista profesional como merece: dentro de la cancha.