El fin de una era para el “clan Nadal”
El experimento funcionó durante años sin fallas: se podía abordar a Toni Nadal , hacerle una pregunta y comprobar como, tres minutos después, Rafael Nadal respondía lo mismo, o algo muy parecido. Tío y sobrino eran mucho más que entrenador y jugador, en algunos momentos eran casi una unidad.
Eso se acabó. Precisamente cuando el ex número uno del mundo comenzaba a recuperar su nivel histórico en el juego, el tío Toni se destapó con una declaración bomba: “Esta es mi última temporada con Rafa”. Lo sorprendente es que se lo contó a la revista Il Tennis italiano, pero se olvidó de avisarle al propio Nadal, a su sobrino. Y al resto del equipo.
“Es que Toni es Toni”, resumió el entorno del jugador al diario El País de Madrid. Lo cierto es que Toni tenía claro que su influencia sobre Nadal era cada vez menor, lo cierto es que el aporte de Carlos Moyá no es menor, lo cierto es que Nadal -y es lógico a sus 30 años- es cada vez más independiente. Ya no es el preadolescente convencido de que su tío-entrenador era capaz de hacer llover.
Toni Nadal, que tiene muchos intereses y aficiones fuera del tenis y del deporte, se dio cuenta de eso: nada es para siempre, quizás haya sido más que suficiente convertir en zurdo a un jugador que era diestro, hacerle ganar Wimbledon a un tenista que parecía ser exclusivamente de canchas lentas y contribuir a que sumara 14 Grand Slams un joven por el que no muchos hubieran dado tanto.
Quizás pensó en todo eso y, simplemente, prefirió irse a tiempo.