Roger Federer le dio un paseo a Hyeon Chung y el domingo jugará la final del Abierto de Australia frente a Marin Cilic

MELBOURNE.- Un paseo por el Rod Laver Arena y un final decepcionante y abrupto. Eso es lo que sucedió entre Roger Federer y el surcoreano Hyeon Chung en la segunda semifinal del Abierto de Australia. El suizo, uno de los ejemplos de vigencia deportiva más asombrosos de la historia, superó a Chung por 6-1, 5-2 y abandono, cuando apenas se había jugado una hora y dos minutos de partido. Ampollas en la planta del pie izquierdo es lo que afectó a una de las mayores sorpresas del certamen; de todos modos, dio la sensación de que el contexto y el escenario lo desbordó (en los últimos días Chung estuvo muy expuesto y muchos apostaban que podía dar el batacazo frente al número 2 del circuito). De esta manera, Federer se ganó un lugar en la definición del Abierto de Australia , el próximo domingo y frente al croata Marin Cilic (el historial está 8-1 en favor del suizo), que ayer derrotó al británico Kyle Edmund.

Como cada vez que enfrenta a un joven y gana el sorteo, Federer selecciona “recibir” para darle la primera responsabilidad al inexperto. ¿Y qué sucedió? Eso hizo. Le quebró el saque (en el tercer intento de break point) y se adelantó 1-0. Desde el inicio, el helvético le arrojó todo su oficio a uno de los mejores valores de la nueva generación (nacido en mayo de 1996, cuando Federer tenía casi 15 años). El exnúmero 1, con un juego de piernas muy veloz y pimienta en el drive, volvió a quebrarle el saque a Chung en el quinto game (4-1). Chung pasado de revoluciones, cometió muchos errores no forzados y volvió a ser vulnerable con su servicio. En apenas 33 minutos, Federer cerró el primer set por 6-1, con un 100% de puntos ganados con el primer servicio y 14 tiros ganadores.

Aturdido, asfixiado, casi vencido. Chung siguió con el mismo lenguaje corporal en el segundo parcial. Federer, que antes del partido había dicho que jugar contra el actual número 58° del ranking era todo un desafío para él porque nunca lo había enfrentado, continuó siendo súper agresivo, preciso y volvió a quebrarle el servicio al rival en el cuarto game (3-1). En el descanso del 4-1, el oriental que había eliminado al serbio Novak Djokovic en los octavos de final, recibió atención médica: el fisioterapeuta le quitó un vendaje en la planta del pie izquierdo y le realizó una curación. Pero no serviría de mucho, porque dos games más tarde Chung ya no resistiría y dejaría, con apatía, el court central.

Federer, el campeón vigente, jugará su final número 30 de Grand Slam, aumentando su récord (lo sigue Rafael Nadal, con 23). No perdió sets en todo el certamen y jugará su séptima definición en Australia, representando otro récord, ya que superará a Djokovic (disputó seis). Además, con cinco trofeos en el Melbourne Park, Federer tratará de ganar su vigésimo título de Grand Slam y convertirse en el cuarto jugador de la historia en ganar esa cantidad o más en majors. Margaret Court, Serena Williams y Steffi Graf son las únicas que han ganado veinte o más Grand Slams.

A los 36 años, Federer sigue maravillando. El tenis lo agradece.