Guillermo Coria recuerda a Hewitt: entre aquella picante batalla por la Davis y su admiración por él

Lleyton Hewitt y Guillermo Coria tienen la misma edad, 34. El australiano, que cumplirá 35 el 24 del mes próximo, ex número 1 del ranking y campeón de dos Grand Slam, dejó profesionalmente el tenis tras caer en la 2a rueda del Abierto de Australia frente al español David Ferrer. El Mago, en cambio, con un hombro maltrecho y angustiado por los errores en el saque, se retiró en 2009 luego de una carrera excelente, en la que llegó a ser 3 del mundo. Coincidieron muchas temporadas en el tour, pero solamente se enfrentaron dos veces, con triunfos de Hewitt: en Indian Wells 2003 y en los cuartos de final de la Copa Davis 2005. Pero fue este último match, sobre el césped del Sydney International Tennis Centre, el más recordado. El primer punto de la serie en la que el equipo capitaneado por Luli Mancini ganó 4-1, fue un escándalo, en el que ambos tenistas se insultaron y cruzaron los límites.

Aquel polémico partido por la Davis 2005 lo ganó Hewitt por 7-6 (7-5), 6-1, 1-6 y 6-2

Hewitt apeló a una batería de gestos altaneros en la cancha que luego, en la conferencia de prensa, prolongó. Coria, también de carácter fuerte y ácido cuando jugaba, ingresó en esa suerte de juego. Además, tanto el umpire Carlos Ramos como el árbitro general Norbert Peick no hicieron demasiado para ponerle paños fríos a los cruces. Todo comenzó con los constantes "fuck you" del australiano y el amago de un topetazo de hombros al final del primer set, y continuó con las provocaciones de Hewitt y el fastidio de Coria, que en un break point en el cuarto game del set final, hastiado de tanta provocación, desafió a su rival tocándose los genitales. "Nadal festeja los puntos efusivamente pero nunca lo hace en la cara del adversario; Hewitt, en cambio, busca provocar todo el tiempo. Es imposible controlarse con un tipo así", declaró en ese momento el jugador nacido en Rufino y criado en Venado Tuerto.

Hewitt, ante la prensa, insólitamente negó los insultos. "No dije una mala palabra en todo el partido", dijo, pese a que se vio en las repeticiones de TV como gritó "fuck you" al sector argentino en varios momentos del partido. Se despachó en críticas contra Coria, David Nalbandian, Juan Ignacio Chela y Mancini. "Los argentinos tienen un problema conmigo", disparó el jugador nacido en Adelaide. Las diferencias con los tenistas argentinos comenzaron en las épocas de juniors, en un torneo en Vancouver, en 1997. La Argentina contaba con Nalbandian, Coria y Edgardo Massa. Una imprevista derrota de nuestro país lo relegó a jugar por el 9° al 16° puesto y Hewitt, que integraba el conjunto aussie, comenzó con las cargadas, cantando "Don't cry for me, Argentina" (No llores por mí, Argentina).

Pasó más de una década de aquella serie en Sydney y Coria, pese a todo, tiene un buen concepto de Mr C’mon. "Que se retire un jugador como Hewitt es algo un poco triste, es una baja muy importante para el tenis por todo lo que significa. Tuve la posibilidad de enfrentarlo en aquel famoso partido en la Copa Davis y, la verdad, más allá de los cruces que tuvimos, es una persona que siempre admiré y respeté muchísimo por la garra impresionante que ponía dentro de la cancha y su actitud de no regalarte ni un solo punto, o de ir perdiendo y que te mostrara que estaba afilado para seguir corriendo hasta el final. Lo admiré muchísimo, porque además no era un jugador tan alto o grandote y le hacía frente a cualquiera", le confiesa Coria a canchallena.com desde Rosario, donde trabaja en el desarrollo de jugadores en la academia que lleva su norme.

Y añadió: "Ese partido de la Davis fue picante, porque además representábamos al país. Ya se sabe lo que pasó, pero me veía un poco identificado con él porque fuera de la cancha era totalmente diferente de lo que mostraba. Dentro de la cancha daban ganas de matarlo, pero afuera era muy agradable, muy tranquilo y educado. También compartíamos un kinesiólogo colombiano que trabajaba en el Abierto de Australia y él siempre me decía que ‘Lleyton no es malo, es bueno’ y lo mismo le decía a Lleyton de mí. Nos reíamos mucho. Se va a extrañar su personalidad y su estilo de juego, porque no hay muchos que tengan ese estilo y carisma. Me hubiese gustado enfrentarlo más".

Una vieja anécdota de Coria sobre Hewitt