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Los pibes se juntan en la avenida Cazón para jugar un picado por tres pesos cada uno, en la canchita de abajo de la popular, y le dan vida al estadio en la semana. Ni idea deben tener de que ese club que los alberga llegó al siglo de vida, un logro que pocos en nuestro país pueden ostentar. Tigre, barrio, fútbol, río y sufrimiento, como corresponde a todo lo orillero. Matador que cumple 100 años, aunque éste no sea su mejor momento, pleno de crisis económica, institucional y futbolística, provocando un dolor profundo en los miles y miles de seguidores que se desvelan por el destino de dos colores: azul y rojo.
El 3 de agosto de 1902, un grupo de jóvenes encabezado por don José Dellagiovanna (tal como dice el acta de fundación) creó, en el pueblo de Las Conchas (actualmente partido de Tigre), el Club Atlético Juventud del Tigre para “desarrollar actividades puramente deportivas”. Primero fueron partidos amistosos y algún que otro torneo zonal, con la camisa azul eléctrico con vivos rojos en los puños, el bolsillo y el cuello (la camiseta actual comenzó a usarse en 1940), hasta que todo fue más serio. En 1911 ya jugaba torneos oficiales, y el 12 de abril de 1914 disputó el primer partido oficial en su cancha, en Dardo Rocha y el río Reconquista, conocida como La Cancha del Lechero Ahogado (se la llamaba así porque un lechero se ahogó cruzando hinchas por el río, en una inundación), y venció a Atlanta por 3 a 2. El 20 de septiembre de 1936, en un amistoso ante Boca, se inauguró el estadio actual.
Una vida llena de altibajos la de Tigre. Sin duda, el momento más doloroso se dio en 1970, cuando descendió a la primera C. El esplendor masivo lo vivió nueve años más tarde, cuando ascendió a primera, batió el récord de recaudación de la categoría y se ubicó detrás de River, Boca y Rosario Central en la tabla general de entradas. Lo mejor en lo deportivo se dio en 1955, cuando terminó 6º en el torneo de primera. La delantera del Matador (De Bourgoing, Méndez, Cesáreo, Aguilar y Nicolás Gómez) fue la más goleadora de la segunda rueda, con 29 tantos, superando al célebre ataque de Independiente (Micheli, Checconato, Lacasia, Grillo y Cruz, que marcó 28).
Otro punto que marca la fidelidad de su gente: el sábado 30 de marzo de 1982, en el Monumental, se produjo el récord de entradas vendidas en un partido del ascenso (46.059 tickets; los socios no pagaron) en el match ante San Lorenzo.
Tigre creció por el fervor de su gente, aunque su presente no es bueno: jugará en la primera B metropolitana y se debate en problemas internos; la comisión directiva cuenta con sólo siete integrantes y el manejo del fútbol quedó en manos de la empresa L&A, conducida por Nelson Cabrera y su hijo Adrián. “Es un orgullo bárbaro ser el presidente del club justo en el centenario. El club está complicado, como todos, pero estamos levantando las inhibiciones; por suerte contamos con el apoyo de la gente y de varios sponsors de la zona norte”, dijo Rodolfo Bianchi, titular de la entidad, que actualmente cuanta con 1200 socios y tiene un pasivo de 3.200.000 dólares.
¿Jugadores de Tigre? Casi nada: Juan Andrés Marvezzi, goleador del Sudamericano de Chile 41, que ganó la Argentina. Los arqueros Miguel Toriani, el inolvidable Miguel Rugilo, el León de Wembley, y Sergio García, titular en el título Mundial juvenil de Japón 79, con Maradona a la cabeza. Edgardo Paruzzo, que en la década del 80 se convirtió el máximo goleador en la historia del club, con 104 tantos. Héctor de Bourgoing, que después brilló en River y jugó en Francia, país que representó en el Mundial de Inglaterra 66; Ernesto Cucchiaroni, que se fue a Boca y se destacó en Sampdoria; Jaime Sarlanga y Norberto Tucho Méndez.
Sin embargo, el gran orgullo de Tigre es El Mortero de Rufino, el gran Bernabé Ferreyra, que luego en River se convirtió en leyenda. Debutó el 30 de agosto de 1931, con cuatro goles en el 4 a 1 sobre Quilmes, pero la gran historia comenzó en la cancha de Boca, tras la victoria por 3 a 2 sobre San Lorenzo, luego de ir perdiendo 2-0. Los tres tantos de Bernabé en los últimos 15 minutos dieron vuelta el resultado y esa tarde se ganó el apodo que lo acompañaría el resto de su vida: La Fiera.
Hace más de 20 años que no está en primera, y pese a ese handicap es el 24° equipo con más partidos en la máxima categoría. Tigre es un grande más allá de los resultados. Cualquiera no cumple 100 años, no tiene esa historia ni tiene el orgullo tan profundo de representar con semejante pasión el sentimiento de tanta gente. Hoy es tiempo de festejar, levantar una copa y hacer memoria. Un partido entero dirá salud con una sonrisa en medio del dolor, y lo tiene merecido.
Hoy Tigre festejará su centenario. La fiesta comenzará a las 12, con una caravana que saldrá desde Avellaneda y Acceso Norte hacia el estadio, donde se inaugurará una tribuna de cemento para 7000 personas, que en sus escalones tiene pintado un tigre gigante azul y rojo. Allí, habrá un desfile de ex combatientes de Malvinas y de las inferiores del club. A las 15 se jugará un partido entre ex jugadores y a las 17 se disputará un match ante Deportivo Morón, donde estará en juego la Copa Amistad, con un cierre con fuegos artificiales. Las entradas se podrán canjear en las boleterías por un alimento no perecedero.
1933. Desciende por disposición de las autoridades del fútbol argentino por sus bajas recaudaciones. El año siguiente es promovido nuevamente a primera, también por una resolución dirigencial.
Desciende a la primera B en 1942, 1950, 1958, 1968 y 1980.
En 1971 desciende a primera C y asciende al año siguiente junto con Almagro, aunque no lo hace como campeón.
En 1996 desciende de la primera B Nacional a primera B. En 1998 vuelve a la primera B Nacional, donde se mantuvo hasta el torneo 2001/2002, en el que desciende nuevamente.
Los títulos obtenidos son: 1945, 1953 y 1979 en la antigua primera B. En 1967 asciende a primera División, pero no lo hace como campeón.


