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Keeneland, el nombre que es sinónimo de negocios en la hípica mundial de la mano de su célebre salón de ventas, se unió al de Palermo para el auspicio del clásico Coronel Miguel F. Martínez (G 2-1800 m), instancia clave en la selección de los potrillos, que se correrá el 3 de octubre.
Lo explica Antonio Bullrich, presidente de la comisión de carreras del hipódromo porteño: "Es una iniciativa de ellos. Querían auspiciar una carrera condicional de potrillos, pero Keeneland y su aporte económico son demasiado importantes y entonces decidimos postergar tres días el clásico para que coincidiera con la visita de algunos de sus directivos y agregarle Copa Keeneland".
Entre los campos que suben y bajan en Lexington, Kentucky, Keeneland no sólo es un sitio para remates. Es también el más señorial de los hipódromos norteamericanos, con sus paredes de piedra en las tribunas que se erigen a pocos metros de la sala en la que trajinan caballos y millones de dólares. Apenas dos meses por año funcionan sus pistas para carreras, con clásicos de gran jerarquía, en la antesala del Derby de Kentucky, en abril, y de la Breeders´ Cup, en octubre.
Con paso previo por Chile, estará aquí Chauncey Morris, encargado del desarrollo de negocios de la Asociación de Criadores y Propietarios de Caballos de Carrera de Kentucky (KTOB, por sus siglas en inglés), que integra la sociedad de Keeneland. Bullrich no lo quiere mencionar, pero sus buenos oficios y contactos en el mundo hacen posible esta relación: "Quiero que se conozca Palermo, que tenga reconocimiento internacional; no descarto que nosotros también seamos sponsors de alguna carrera de Keeneland y hacer lo mismo con Chantilly (Francia), Hong Kong o Newmarket (Reino Unido)".
Es intención de Morris explorar la posibilidad de mejorar cuestiones relacionadas con los traslados y agilizar las cuarentenas que deben cumplir los caballos que salen y llegan a Kentucky, la zona de la que proviene la mayoría de los padrillos que prestan servicios aquí, por el sistema de shuttle, entre otros muchos ejemplares.
"Pasamos para ese lunes el clásico Brasil (G 3), así que va a ser una fecha espectacular, porque se suma al Martínez-Copa Keeneland y a la Kentuky Juvenile, una carrera para potrillos de 3 años perdedores", dice Bullrich.
Esta última prueba es la que habían pedido auspiciar en principio los directivos de la firma norteamericana, pero la comisión de carreras de Palermo estimó que semejante nombre merecía un clásico.
Una decisión para aplaudir.
Los problemas de traslado derivados de la Segunda Guerra Mundial llevaron a los criadores estadounidenses a pensar en un nuevo lugar para las ventas, que entonces se hacían casi exclusivamente en Saratoga, cerca de Nueva York. Así, con el aval de distintas asociaciones de criadores y propietarios, se creó Keeneland, cuyo fundador fue Hal Price Headley, padre de Alice Chandler, dirigente y propietaria de Mill Ridge, la cabaña en la que prestará servicios el caballo argentino Mr. Light a partir del año próximo.



