

Encontrá resultados de fútbol en vivo, los próximos partidos, las tablas de posiciones, y todas las estadísticas de los principales torneos del mundo.

Por estas horas, Julio César Méndez está otra vez en Uruguay, su tierra natal. Hacia allí viajó ayer para pasar la Navidad junto con su familia y compartir varias horas con aquellos amigos que quedaron del otro lado del charco cuando él se radicó en la Argentina en 1997. Son los mismos que seguramente estarán en Maroñas el 6 de enero próximo para verlo correr el Gran Premio José Pedro Ramírez, en el que el jinete buscará su primera victoria en la gran cita de su país.
"Tengo una cuenta pendiente con esa carrera", admite, y recuerda que antes de radicarse en Buenos Aires vivió en ese cotejo una situación inversa a la que se dio en el último Carlos Pellegrini. Aquí Julio prefirió a Latency antes que a Candy Gift y festejó, pero allá "elegí a una potranca que estaba invicta y perdí con un potrillo que había ganado las dos veces que lo había corrido". En ambos casos -sostiene- "conocía los riesgos de tener que elegir entre caballos muy indicados".
En la próxima versión del Ramírez se apilará en Gurú, un potrillo que fue cuarto en el Nacional charrúa y esta mañana montará por primera vez. Podría pedirle una opinión a Pablo Falero, el jinete que lo condujo en el Derby, pero aprovechará el viaje para familiarizarse también con el hijo de Asidero.
Será el retorno a la pista donde vivió las emociones más fuertes. "En el Latino de 2006, las tribunas se venían abajo como si hubiese ganado un caballo uruguayo", comenta Julio. Su compañero en la conquista había sido Latency, el mismo que hace diez días le permitió ganar el Pellegrini y mostrarse tan efusivo como entonces.
"No soy demostrativo, pero otra vez exploté. Había mucho en juego; más de un motivo para festejar. Había hecho una apuesta fuerte y el caballo me respondió con su mejor carrera", confiesa, y ofrece más detalles: "Mis hijas me pedían que corriera a Latency. El nos dio mucho; se metió en nuestros corazones y había que saber que esta carrera podíamos perderla con Candy Gift y eso también podía provocarnos una tristeza". La decisión fue dura y la familia participó de ella.
"En octubre me veía en un aprieto. Indio Glorioso había ganado el Jockey Club, Candy Gift estaba creciendo mucho y los planes con Latency eran correrlo la Copa de Oro y el Pellegrini. Y días después me había quedado sin nada, porque Indio Glorioso corrió mal el Nacional; Candy Gift parecía que se vendía y Latency se iba a Dubai", recuerda Méndez sobre los vaivenes que precedieron a la elección que le permitió ponerle el broche de oro a otra muy buena temporada.
"Siempre estuve montando caballos importantes. Antes también gané con Mach Glory. Mantuve mi promedio de unas 120 victorias y estoy conforme corriendo poco y de calidad", dice Julio, y se ilusiona con que un día suene el teléfono y lo convoquen para correr a Latency en Dubai. "A él lo sigo a cualquier lado", asegura.


