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MAR DEL PLATA.- Otro nombre que se suma a la luctuosa lista de la sinrazón. Miguel Cedrón, el barrabrava de Boca que había recibido varios disparos de bala en el abdomen durante el tiroteo entre hinchas del club de la Ribera ocurrido horas antes del clásico ante River, el sábado último, falleció ayer en el hospital Interzonal de esta ciudad, en el que estaba internado.
"La muerte se produjo como consecuencia de un shock hipovolémico y una peritonitis química bacteriana, que derivaron en una falla sistémica múltiple y produjeron un paro cardiorrespiratorio", fue la explicación médica proporcionada por el subdirector del centro asistencial, Juan Ferrera. Más simple: no sobrevivió a las heridas abdominales múltiples que le causaron varios balazos durante el violento enfrentamiento.
Desde anteayer, cuando fue operado por segunda vez, el estado de Cedrón fue agravándose progresivamente y murió a las 13.30 de ayer. Tenía 47 años y era conocido en la barra brava como Marcelo de Lomas (procedía de Lomas de Zamora). Por la tarde, su cuerpo fue trasladado a la morgue judicial, ubicada en el Cementerio Parque de esta ciudad.
Hoy, a las 9, se le practicará una autopsia, procedimiento que aportará datos para la investigación de los hechos, y luego se entregará el cuerpo a sus familiares. La muerte del hincha provocó que la causa variara su carátula de "abuso de armas y lesiones" a "homicidio", como se informa por separado.
Cedrón había ingresado en el hospital junto con otros cinco barrabravas -Fernando Di Zeo, José Luis Fernández, Leonardo Cabral Machado, Jorge Cabral Machado y Roberto Ibáñez- después de una reyerta ocurrida a pocos metros del ingreso al estadio, el sábado último por la tarde. Fue una más de las sangrientas batallas por el control del poder en "La 12".
El episodio que le costó la vida a Cedrón fue el último eslabón en una cadena de antecedentes violentos que arrastraba en su pasado de barrabrava. Había participado en el choque entre hinchas de Boca e Independiente ocurrido en la zona de Desaguadero, Mendoza, el 5 de febrero de 1994; allí también había sido baleado. Volvió a entrar en escena el 3 de marzo del año último, en la pelea entre hinchas de Boca y Chacarita, en la Bombonera; en aquella ocasión fue excarcelado.
Pero la relación de Cedrón con este tipo de hechos no concluye en el fallecido: su hijo Marcelo está en prisión por haber participado en el asesinato de los hinchas de River Walter Vallejos y Angel Delgado, el 30 de abril de 1994, según Télam.
Como se sabe, los dos Cabral Machado e Ibáñez se retiraron sin autorización médica del hospital, en la madrugada del domingo. Ayer continuaban las diferencias entre la policía y las autoridades médicas en calificar o no como fuga en la retirada de los hinchas.
El doctor Ferrera dio esta explicación: "Hubo un paciente -Di Zeo- que se trasladó a otro centro asistencial, porque así lo solicitó. Las posibilidades de salida son el alta médica, transitoria o definitiva, el alta voluntaria -el caso de Di Zeo- en la que el paciente debe dejar firmado que asume la responsabilidad por su proceder, o -lo que no ocurre por primera vez aquí- fugarse". Este último fue el caso de los tres que desaparecieron. Para el hospital configura "abandono de la internación y tratamiento". No les fue difícil, porque como uno de los fiscales intervinientes -Gustavo Fissoro- no encontró elementos para inculparlos, la policía retiró la custodia del lugar.
"Puede tratarse de gente que no conoce el sistema del hospital. Como no se encontraron elementos en su contra, se los considera víctimas", señaló, sin embargo, Federico Bludzón, de la comisaría 3» de Mar del Plata.
Di Zeo será sometido hoy a una cirugía facial en el Hospital Británico, de Buenos Aires. Permanecerá 48 horas en observación, tras lo cual podrá retirarse a su domicilio, al no estar imputado. Fernández, que había recibido heridas no graves en el cuello, fue dado de alta ayer al mediodía del hospital Interzonal marplatense y se retiró con sus familiares.

