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"Tengo mil objeciones que hacer a Mario Goijman. Desde su manejo omnímodo del poder en la Federación Argentina de Voley, a creer que el de 2002 era su Mundial. Pero en esto, en su reclamo, el hombre simplemente tiene razón: la corrupción en la Federación Internacional de Voley lo arruinó por completo". Esta frase de un importante dirigente del deporte argentino, y la condición de que fuera off the record, sirven para graficar dos fenómenos simultáneos que parece despertar el caso Goijman: un consenso respecto de la injusticia que cometió con él la FIVB, y al mismo tiempo una llamativa idea compartida entre dirigentes de que no se sabe quién podría ayudarlo a resolver el asunto después de 14 años.

Desde la Federación de Voleibol Argentino (FEVA), surgida en 2003 luego de que la FIVB dispusiera -en plena disputa con Goijman- la desafiliación de la Federación Argentina de Voley (FAV), no creen que este asunto tenga que ver con su actividad, porque se trata de instituciones independientes. Por eso, señalaron, el caso no estará en la agenda del 35º Congreso Internacional que comenzará mañana en el Hotel Hilton.
Pese a que las actas firmadas entre Goijman y la FAV en 2002 señalaban que esta federación o sus sucesoras se harían cargo del dinero que él había puesto para el mundial, en términos juridicos la FEVA no es la sucesora, sino que es otra institución que cumple las funciones que cumplía aquella antes de perder el reconocimiento de la FIVB..
En este limbo tampoco parece tener intervención el Comité Olímpico Argentino, ya que la diferencia inicial fue entre una federación local y otra internacional, y al igual que sucede con las demás federaciones afiliadas al COA, se trataría de algo que debieran resolver entre ellas.
El juicio iniciado en Suiza por Goijman en 2002 tuvo dos instancias: una civil y una penal. En la penal, si bien la justicia detectó irregularidades como la falsificaciones de balances, estableció que no era posible determinar que hubieran sido intencionales. Luego de que Acosta renunciara en 2008 acosado por estas revelaciones, su sucesor, el chino Jizhong Wei, detectó el cobro irregular de comisiones por US$ 33 millones, pero eso no modificó la postura de la FIVB respecto del reclamo de Goijman.
En cuanto a la demanda civil iniciada, el proceso nunca logró avanzar en la justicia suiza. Los procesos abiertos tuvieron su efecto rebote, porque la federación internacional denunció también a la dirigencia argentina por supuestas irregularidades en algunas contrataciones, como canjes, y esto derivó en que los equipos argentinos fueran suspendidos internacionalmente durante más de un año.
El monto adeudado por la FIVB después del mundial -en el que la Argentina de Milinkovic, Weber y Conte terminó en sexto lugar- ascendía entonces a US$ 819.747, según las memorias contables de la FAV. Escencialmente, ese dinero tenía que ver con derechos de transmisión televisivos y de marketing acordados en el contrato para la organización del Mundial. Goijman estima que ese monto ascendería hoy a US$ 1,5 millón si se aplican intereses. Y el 97 por ciento le correspondería a él.




