Para Sebastián Salvaro, analista de AZ-Group, una mayor intervención oficial puede reducir la producción y llevar a una suba de los alimentos
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Luego de que ayer, durante la presentación del proyecto de ley para gravar la “renta inesperada” a las empresas con ganancias imponibles superiores a $1000 millones, el presidente Alberto Fernández dijera que “nadie desacopla los precios internos”, para Sebastián Salvaro, analista de AZ-Group, si bien el desacople de precios de los granos que impulsa el Gobierno, efectivamente genera una diferencia entre el precio internacional y el local, “lo que no es cierto es que ese desacople ayude a controlar la inflación y a cuidar la mesa de los argentinos”.
“Está comprobado que cada vez que hay mayor intervención oficial en los mercados, se desincentiva la inversión para sembrar mayor área y obtener mayor producción”, detalló Salvaro.
Fernández había dicho: “Ganamos vendiendo trigo porque el trigo sube, pero a su vez nadie desacopla los precios internos y entonces hacen subir los precios del trigo a la par del precio internacional. Y es verdad que hace falta el trigo, hace falta el girasol y por lo tanto todos esos precios suben y que el maíz también sube porque también falta” y que “unos pocos medran con todo eso y eso no llega al conjunto social”.
Para el especialista, son muchos países los que sufren los incrementos de los precios de los granos y “no se les ocurre desacoplarlos para reducir la inflación”.
“Saben que el actual escenario es consecuencia de la pandemia, que aumentó el consumo de alimentos derivados de los granos, y de la guerra, que redujo los suministros. Si desaparecieran ambos factores, los precios de los granos volverían a sus valores históricos por recuperación de stocks y normalización del comercio”, destacó.
“En el escenario actual de precios, el desacople que pretende implementar el Gobierno acelerará el proceso inflacionario porque restringirá la oferta de granos de la campaña 2022/23 y porque generará una restricción en la comercialización actual del producto”, añadió.
Según explicó, esto último sucede porque, “en un mercado desacoplado e intervenido, aparecen descuentos entre lo que debería recibir el productor y lo efectivamente pagado por los compradores”.
“Es decir, surge una brecha entre los precios FOB y FAS. Cada vez que se intenta desacoplar e intervenir un mercado de granos, aparecen los primos, que son el otorgamiento de cupos, los subsidios y el clientelismo, que terminan de distorsionarlo y quitan previsibilidad al negocio”, advirtió.
En esa línea, Matías Amorosi, gerente general de la consultora, explicó que el tema de las retenciones y del desacople se viene considerando desde hace más de 30 días, “sufrió mucho desgaste y está muy devaluado y son expresiones destinadas a la tribuna”.
“Se habla inútilmente del desacople porque es irrelevante el impacto de la suba del precio del trigo en el valor del pan y en la evolución de la inflación. En el aumento incesante del índice de precios al consumidor influyen mucho más los incrementos de salarios, del tipo de cambio y de los servicios que lo que incide la comercialización del trigo”, destacó.
Por último, Salvaro señaló que, en un contexto de intervención hay dos desacoples: “Por los dos motivos descriptos, el desacople termina acelerando el proceso inflacionario. Además, incide negativamente en el país, al reducir la actividad económica, las posibilidades de crecimiento del PBI y la liquidación de divisas”.
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