Así nacimos / El origen de los pueblos. Claromecó, un balneario con ambiente familiar y apacible
Fundado el 9 de noviembre de 1920, es el centro de veraneo más importante del partido bonaerense de Tres Arroyos y un pueblo en permanente crecimiento
CLAROMECO.- Los campos del sudeste bonaerense parecen ser interminables y el horizonte, difícil de alcanzar. En medio de este paisaje, el arroyo Claromecó corre presuroso hacia su desembocadura, donde la tierra negruzca y fértil se pierde entre la arena y los médanos, de cara al mar. Una pequeña población, paraíso de pescadores resguardados al amparo del faro, lo espera.
Claromecó es el centro de veraneo más importante del partido de Tres Arroyos y un pueblo en constante crecimiento, con alrededor de 2000 habitantes permanentes, número que aumenta cada año, como la cantidad de casas y turistas que eligen sus costas para descansar, en un ambiente familiar y apacible.
El arroyo con sus saltos y puentes, el bosque de eucaliptos y pinos que fijó la avanzada de los médanos, las playas anchas y la amplia variedad de peces que habitan en las aguas que bañan sus costas le impregnan un atractivo especial.
El 9 de noviembre de 1920 se fundó Claromecó, a instancias de la familia Bellocq. Su nombre, de origen araucano, significa "tres arroyos" o "tres arroyos con junquillos", y así llamaban los nativos a la región por donde serpentean los arroyos Seco, Medio y Orellano y al arroyo que nace en la ciudad cabecera del partido y que reúne en su cauce el caudal de los tres anteriores, hasta perderse en el mar que baña a las playas de Claromecó.
Tribus de pehuelches y moluches habitaron estas tierras hace aproximadamente 13.000 años y a orillas del arroyo se encontraron enterrados vestigios de lo que habría sido un asentamiento permanente de indígenas. En 1746, el padre jesuita José Cardiel, recorrió estas costas en su camino hacia el sur. Casi un siglo más tarde, las misiones enviadas por el gobierno de la provincia de Buenos Aires hicieron lo propio.
La sanción de la ley de enfiteusis convocó al primer agrimensor en 1836. Con la expansión de la ganadería llegaron nuevos pobladores. En 1883, Don Juan Bellocq compró alrededor de 20.000 hectáreas y fundó la estancia San Francisco, que contaba con 21 lotes, 13 puestos y un importante casco de material especialmente diseñado para hacer frente a posibles malones. Desde que los Bellocq desembarcaron en el Rincón del Claromecó -como se conocía a la desembocadura del arroyo- dieron el visto bueno para que las playas fueran centro de reunión y esparcimiento.
En 1901, Antonio Fernández, consciente de los atractivos del lugar, inauguró el primer hotel, con diez habitaciones. La cantidad de turistas provenientes de Tres Arroyos aumentaba cada nueva temporada y en 1905 debió ampliar las instalaciones. El hotel ofrecía servicio de bar, mesa de billar y una pianola que reproducía las piezas más escuchadas de la época, además de las casillas de la playa donde los veraneantes se cambiaban y salían a lucir sus discretos trajes de baño.
Pese a las inclemencias de las sudestadas y el avance de los médanos, Claromecó fue creciendo y se construyeron las primeras casas de material. Familias enteras arribaban en diciembre y enero para pasar el verano, cargando con extravagantes equipajes, como una barrica de vino y cuatro vacas para la leche de los más pequeños. Recién en 1919 abrió el almacén La Palma, y ese mismo año la familia Bellocq propuso la fundación del pueblo.
Espíritu romántico
Un futuro próspero se avizoraba. Al amparo del espíritu romántico de los pioneros, en su mayoría pescadores de cazón de donde se extraía el aceite de hígado de bacalao, Claromecó se hizo grande y conocido como "el paraíso de la corvina", por las importantes piezas que se extraían desde sus costas.
Iluminado por el faro, la estación forestal y Dunamar embellecieron el paisaje y el bar El Farolito era la cita obligada.
En 1942 el reloj se posó sobre la costanera -el actual es réplica de aquel, recuperado en 2000 a instancias de Josefa Chedrese- y se transformó en el punto de encuentro para esperar el regreso de las lanchas.
Claromecó se esconde en el horizonte y el "pescado" de la ruta 228, en las cercanías de Tres Arroyos, indica el atajo para encontrarlo. El Rengo de la tranquera que durante años recibió a los turistas ya no está, como tampoco muchos otros personajes, leyendas del lugar. Pero la tenacidad de los pioneros permitió hacer de Claromecó lo que es hoy, un pueblo pujante, que como las aguas presurosas del arroyo no frena su cauce.
Ficha técnica
- Nombre: Claromecó.
- Superficie: 514 hectáreas.
- Fundación: 9/11/1920.
- Ubicación: en el sur del partido de Tres Arroyos, distante 75 kilómetros de la ciudad cabecera.
- Población: 1986 habitantes.
- Fundador: Carlos E. Bellocq.
- Santo Patrono: María Auxiliadora.